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Los exámenes finales no descansan en cuarentena: un buen plan de estudio será esencial para aprobar

  • Utilizar apps de productividad, un bullet journal de estudio o el control del tiempo pueden ser claves para ir sobrado.

  • El plan de estudio tiene que ser una ayuda organizativa y psicológica, no una losa que te enferme de estrés.

Admítelo: los exámenes finales ya han aparecido en tus pesadillas para tocarte el hombro. Las asignaturas no descansan, ni siquiera con la pausa de la cuarentena. El problema es que, con las clases paralizadas, gestionar el tiempo estos días y aprovecharlo bien a veces se convierte en una tarea imposible. En la biblioteca es algo más difícil distraerse, pero si queremos organizarnos en casa, con cada viajecito a la nevera u ojeada al Whatsapp, la cosa se complica todavía más.

Te contamos como organizar un plan de estudio base. Las mejoras, por supuesto, son cosa tuya.

Hacer un poco de trampa

El mundo es de los que se dejan ayudar. Si lo que quieres es una conciencia externa y vigilante que no te deje procastinar, muchas apps pueden monitorizar tu productividad, eliminar distracciones y convertir tu teléfono en un Pepito Grillo que te ayude a enfocarte en el temario con mucha más energía. Pura visión de túnel, sin nada que te desvíe del camino. Si valen para las tareas del día a día, también valen para sacarte teoría de circuitos. Las hay para gente mentalmente estable que solo quiere un poco de ayuda, aunque también existen verdaderas ‘castigadoras’ a las que solo les falta enviarte una notificación que diga: “Ponte a trabajar, esclavo”, y la dulce descarga eléctrica de 5000v.

Flipd, por ejemplo, bloquea las notificaciones para que no resalten en la pantalla. Puedes programar el tiempo que vas a estar estudiando y convertir tu teléfono en un amigo silencioso que te impide desatender la tarea. Si quieres algo más hardcore, StudyHelper bloquea todo, absolutamente todo en tu móvil. Otras como Checky te harán sentir culpable con el número de veces que miras la pantalla.

Las hay enfocadas directamente a la organización de los exámenes: My Study Life, Studious, Office Lens (para convertir apuntes a archivos pdf o Word), Easy Bib, para crear con un algoritmo la bibliografía que aparece en tus libros y un largo etcétera.

Utiliza el bullet Journal

El bullet journal es algo así como la mejora genética de la agenda de toda la vida, un cuaderno depredador de vagos y maleantes que jamás saben lo que harán mañana. Además de para organizar militarmente sus jornadas (por cierto: también es un buen método para saber si eres un psicópata o tienes un poco de TOC), muchos lo usan para mejorar su forma de estudiar. Desde luego avanzarás mucho más si programas las horas, los materiales, las tareas de apoyo a la memorización (resúmenes, fichas, bibliografía) y lo concentras todo en un mismo lugar, con esquemas visuales que te ayuden a hacerte una idea de lo que planeas hacer cada semana.

Cómo organizarse

Ninguna carrera es igual a otra. Las habrá con más o menos contenido, más parte práctica o pura chapa teórica. Sin embargo, en todas existe un denominador común: cuanto más entrenes tu cerebro y lo organices, más fácil será vencer al tiempo, por ejemplo, si te pones dos o tres semanas antes a preparar los finales. Y si tienes espacio para memorizar y te has organizado bien, significa que también lo tendrás para repasar, la clave para asentar la teoría en tu cerebro adicto al café.

Utiliza una leyenda para cada asignatura. Asociar colores a las materias ayuda a memorizar visualmente el calendario y no tener que apuntar el nombre de cada asignatura y ocupar espacio en el organigrama.

  • Lista en un documento las fechas de los exámenes: conviene apuntar de forma ordenada los días que los tenemos en una hoja individual, que luego pasaremos al calendario. Esa hoja es el faro que guía nuestro mal humor. Saber el número de exámenes que tenemos es clave para no perder de vista cómo empleamos el tiempo. Puedes hacer lo mismo con los trabajos y categorizarlos por fechas de entrega, de qué tratan y el formato en el que tendrás que entregarlos (pdf, papel, papiro). Utiliza la leyenda de colores anterior.
  • Programar lo que nos falta: en una hoja, puedes listar los temas que te quedan por pasar a limpio, y a su vez también hacerlo con los que te quedan por estudiar. Esta forma de organización te permite tener mucho más controlada la gestión del calendario y de las horas dedicadas a cada tarea y saber si vas bien de tiempo.
  • Hacer el calendario: si aún no tienes un diseño que te guste, puedes ir a Pinterest y buscar entre los miles de modelos de calendarios de estudio disponibles. En el calendario tendrás que apuntar los exámenes y las fechas de los trabajos. Los ‘premios’ (días de descanso) también irán resaltados. Tu pequeño azucarillo. Ni que fueras un caballo de carreras.
  • La alerta visual: dependiendo de lo complicado que sea un trabajo o cuánta materia haya que memorizar para un examen, hay un truco que podemos utilizar para tenerlo previsto con antelación. Se trata de poner una alerta visual en el calendario (una exclamación, por ejemplo, o una calavera, si estamos creativos) que nos indique el día que tenemos que empezar a “preocuparnos” por esa bestia. Otra alerta visual irá cuando estemos a pocos días de la entrega o de la fecha. Servirá para recordarnos todo el tiempo que la muerte se acerca.

El plan es importante hacerlo ajustado a la realidad, especialmente en la cuarentena, con exámenes aplazados y fechas de trabajos que aún están por definir. En tiempos de parálisis y encierro, nada mejor que proyectar un plan de estudio orientativo y afianzarlo como si fuera real. Eso te permitirá estudiar con una idea más o menos clara de lo que tienes por delante.