Llegar tarde podría considerarse como el nuevo deporte nacional y más en ciudades grandes donde las distancias son abismales. Si llevas poco viviendo en una, te habrás tenido que resignar a salir de casa -como mínimo-, una hora antes de tu entrada a clase o al trabajo, lo que implica madrugar aún más. Por no hablar de esas quedadas en el centro con tus amigos, quienes -como buenos autóctonos-, te recriminan tu continúa impuntualidad y te repiten una y otra vez que salgas antes de casa.

Lo habitual es recurrir al transporte público -autobús, metro, cercanías-, o si la distancia no es excesiva y la sostenibilidad es lo tuyo, a la bicicleta. Pero… ¿nunca te has planteado moverte en hoverboard? Sí, ese patinete eléctrico que lo mola todo y que montar en él es como ir levitando, puede ser la solución a tus problemas de impuntualidad.

Seguramente habrás visto a más de uno manejarlo por la calle, incluso con auriculares o mirando el móvil -esto no es muy recomendable-, e infinidad de vídeos en YouTube de aparatosas caídas. Y es que montar en uno no es tan sencillo como crees.

En Yasss, que queremos que dejes de ser un tardón para que la relación con tus amigos no se deteriore, también nos preocupamos por tu integridad física. Por lo que te advertimos de los peligros del hoverborard y ya luego tú decides si este se convierte en tu medio de transporte fav.

Poca broma, durante el 2019 se registraron 42 casos en los que este gadget echó a arder como consecuencia de un sobrecalentamiento durante la carga. De hecho, se han retirado del mercado europeo casi 50 modelos de hoverboard por este motivo.

Y dirás: "Eso pasa por ser de una marca cutre". Error, ya que solo una tercera parte de los casos correspondían a productos baratos, o sin marca. Siendo el resto productos de marcas conocidas.

¿Qué hago entonces para no acabar en llamas, súper? Pues tomar nota de estas recomendaciones que te ofrecemos:

Si no quieres pasar a formar parte de los vídeos de YouTube de caídas en hoverboard y tampoco romperte ningún hueso, no te vengas arriba y no te lances a la calle en cuanto lo saques de su embalaje.

Ten en cuenta que manejar este tipo de patinetes requiere de una habilidad con la que, habitualmente, no se nace. Por lo tanto, practica por zonas despejadas de objetos, personas y animales -tu salón no vale, con toda seguridad será un fail de manual-, hasta que te sientas totalmente seguro de ti mismo y seas tú quien tenga el control del hoverboard y no al contrario.

Está claro que experimentarás alguna caída que otra, e incluso puedes llegar a atropellar a alguien… ¡Mucho cuidado! FYI, las lesiones más habituales son las de rodillas, muñecas y cara, seguidas de las dislocaciones y fracturas. Por lo que es muy importante que seas muy responsable cada vez que subas en uno y consciente de que no se trata de un juguete, sino de un vehículo.

Una vez sientas que tu hoverboard y tú sois uno, puedes caer en la tentación de usarlo hasta para ir al baño. Te sentirás la persona más ecológica -aunque seas de esos que mezclan vidrio con plástico- y moderna de tu entorno, pero recuerda que prescindirás de todo movimiento, ya que tu único esfuerzo será una leve inclinación de tu cuerpo y nada más.

Si no quieres correr el peligro de andar cada vez menos y anular poco a poco los movimientos naturales de tu cuerpo, hasta convertirte en un Jabba El Hutt, úsalo con cabeza y no abuses de él. Quizá llegues a olvidar que, puedes llegar a todas partes andando -en más, o menos tiempo-, así que ponlo en práctica más a menudo y déjate de comodidades de primer mundo. Descubrirás que tus piernas son más resistentes de lo que recordabas.

Ya conoces un poco más del hoverboard y sus peligros, ahora solo hace falta que seas responsable cada vez que montes en uno y consciente de que no se trata de un juguete, sino de un vehículo. Ya sabes que nos preocupamos por tu integridad física, pero… ¡también por la de los de tu alrededor!