Enamorarse, desenamorarse… Ayyyyy, el amor es muy complicado. Parece ser que la dependencia emocional con tu pareja no es algo exclusivo de nuestra especie, ya que un nuevo estudio nos revela que se repiten algunos patrones en animales como los peces (Sí, sí, los peces). Aunque bueno, si sufren por desamor al menos se les olvidará pronto.

No existe una única fórmula, pero sí que intervienen muchas partes del cerebro y sustancias químicas que produce el cuerpo que lo que hacen es modificar el lenguaje que las neuronas tienen entre ellas. A parte de todo esto, las hormonas tienen un papel fundamental, ya que el amor genera cambios en las hormonas sexuales. Vaya, lo que viene siendo el subidón de toda la vida.

Cuando te enamoras, ¿no tienes la sensación de que esa persona es la más maravillosa del mundo? Claro, porque la desconfianza desaparece, estás como ciego y entra en juego la adicción. Se dice que el amor es como una droga y es que tiene mucha razón, ya que aumenta nuestra motivación y el placer, lo que hace que se reduzca la tristeza. ¿Qué pasa? Que nos aporta una sensación tan guay que se vuelve adictiva. Tanto, que a veces puede ser obsesivo, pero eso ya sería un nivel más heavy.

En definitiva, enamorarse de alguien es como una bomba para nuestro cerebro de sensaciones positivas, adictivas, altibajos emocionales...etc. Y no solo para nosotros, sino para muchos seres vivos también como los peces y te lo vamos a mostrar.

Un estudio de la Universidad de Burdeos en Dijon (Francia) se ha llevado un largo tiempo estudiando el comportamiento de los peces cíclidos de América Central. Los peces cíclidos son los típicos peces de colores que vemos en cualquier tienda de animales o acuario. Llevaron a cabo un test cognitivo, observando los comportamientos de los animales cuando se separaban de su pareja y descubrieron que se volvían apáticos y mira que averiguar el estado de ánimo de un pez no es tarea fácil.

Primero, los científicos analizaron si las hembras se decantaban por un macho u otro. Para eso, las ponían en una pecera transparente y otra justo igual paralelamente con todos los machos. Se dieron cuenta que las hembras elegían a su macho y lo cortejaban a través del cristal. Además una cosa muy curiosa es que la atracción también afecta a la fertilidad de las hembras, de manera que si se emparejaban con el macho que habían elegido, cuidaban mejor a sus huevos.

¿Quieres otro dato curioso del estudio? Vale, allá va: otro experimento que hicieron fue con la comida. Les pusieron un recipiente con la comida pero modificaron la compuerta, haciéndola más pequeña para que acceder a la comida fuera más complicado. Pues agárrate, porque se dieron cuenta que los peces que estaban separados de su pareja apenas se esforzaban en buscar la comida, en cambio los que estaban bien emparejados le ponían más ganas. Será verdad eso de que cuando se está enamorado lo ves todo más positivo, ¿no?

Definitivamente, podemos decir que el amor es universal en todos los seres vivos. Aunque es verdad que los seres humanos a veces nos complicamos la vida más de la cuenta, hay otros seres vivos que sufren por amor y el caso de los peces es un buen ejemplo de ello.