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Los niños que juegan a videojuegos a los 11 años tienen menos riesgo de sufrir depresión, según un estudio

  • El estudio está dirigido por un investigador de la University College de Londres (Reino Unido)

  • Las niñas que utilizan las redes sociales la mayoría de días con 11 años tenían un 13% más de síntomas depresivos

Muchas veces nos preocupa cuando vemos que los niños pasan demasiado tiempo jugando a videojuegos, pero según un nuevo estudio dirigido por un investigador de la University College de Londres (Reino Unido), los que juegan regularmente a videojuegos a los 11 años tienen menos probabilidades de desarrollar síntomas depresivos tres años después.

El estudio, publicado en la revista científica 'Psychological Medicine', también evidenció que, al contrario que ocurre en el caso de los videojuegos, los niños que pasan más tiempo en las redes sociales En conjunto, los hallazgos demuestran cómo los diferentes tipos de tiempo de pantalla pueden influir positiva o negativamente en la salud mental de los jóvenes, y también pueden tener un impacto diferente en los niños y las niñas.

A día de hoy sigue sin normalizarse el tema de la salud mental y es por eso que muchas veces nos cuesta diferenciar y saber si realmente estamos deprimidos o lo que estamos sintiendo es tristeza Esto es algo que ocurre a los adultos, pero también a los más jóvenes que nunca antes se han sentido así:

"Las pantallas nos permiten realizar una gran variedad de actividades. Las directrices y recomendaciones sobre el tiempo de pantalla deben basarse en nuestra comprensión de cómo estas diferentes actividades pueden influir en la salud mental y si esa influencia es significativa. Aunque no podemos confirmar si jugar a los videojuegos mejora realmente la salud mental, en nuestro estudio no parecía ser perjudicial y puede tener algunos beneficios. Especialmente durante la pandemia, los videojuegos han sido una importante plataforma social para los jóvenes. Tenemos que reducir el tiempo que los niños (y los adultos) pasan sentados, por su salud física y mental, pero eso no significa que el uso de la pantalla sea intrínsecamente perjudicial", explica el líder de esta investigación, Aaron Kandola.

¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

Este equipo de investigación, con Kandola al frente, revisó los datos de 11.341 adolescentes que forman parte del Millennium Cohort Study, una muestra representativa a nivel nacional de jóvenes que han participado en la investigación desde que nacieron en Reino Unido en 2000-2002.

Todos los participantes en el estudio tuvieron que responder a una serie de preguntas sobre el tiempo que pasaban en las redes sociales, jugando a videojuegos o utilizando Internet con 11 años, y también respondieron a preguntas sobre síntomas depresivos, como el bajo estado de ánimo, la pérdida de placer y la falta de concentración, tres años más tarde, con 14.

Además, a la hora de analizar los datos, el equipo de investigación tuvo en cuenta otros factores que podrían haber explicado los resultados, como el nivel socioeconómico, los niveles de actividad física, los informes de acoso escolar y los síntomas emocionales previos.

Los resultados del estudio

Los investigadores descubrieron que los niños que jugaban a los videojuegos la mayoría de los días tenían un 24% menos de síntomas depresivos, tres años después, que los niños que jugaban a los videojuegos menos de una vez al mes, aunque este efecto sólo fue significativo entre los niños con bajos niveles de actividad física, y no se encontró entre las chicas. Los investigadores afirman que esto podría sugerir que los niños menos activos podrían obtener más diversión e interacción social gracias a los videojuegos.

Aunque su estudio no puede confirmar si la relación es causal, los investigadores afirman que hay algunos aspectos positivos de los videojuegos que podrían favorecer la salud mental, como la resolución de problemas y los elementos sociales, cooperativos y atractivos.

También puede haber otras explicaciones para la relación entre los videojuegos y la depresión, como las diferencias en el contacto social o los estilos de crianza, de los que los investigadores no tenían datos. Tampoco disponían de datos sobre las horas de pantalla al día, por lo que no pueden confirmar si múltiples horas de pantalla al día podrían afectar a los riesgos de depresión.

Por otro lado, los investigadores descubrieron que las niñas que utilizaban las redes sociales la mayoría de días con 11 años tenían un 13% más de síntomas depresivos tres años después que las que utilizaban las redes sociales menos de una vez al mes, aunque no encontraron una asociación para un uso más moderado de las redes sociales. Otros estudios han encontrado previamente tendencias similares, y los investigadores han sugerido que el uso frecuente de los medios sociales podría aumentar los sentimientos de aislamiento social.