Música binaural, un lifehack que puede ayudarte a ser más productivo y alcanzar estados creativos superiores
¿Música para engañar al cerebro, concentrarte a saco y ser más productivo? Aunque parezca mentira, el sonido binaural te lo puede poner más fácil
Los humanos somos animales musicales que siguen inconscientemente cualquier ritmo (nuestro cerebro procesa y se adapta a lo que escucha, lo queramos o no). El que lo probó lo sabe. Trabajar y estudiar con una buena playlist a veces nos regala un incremento de productividad que no sabemos bien de dónde sale. Fluimos, atacamos con más fuerza la tarea y entramos en un estado de trance muy beneficioso, como si estuviéramos conectados de forma inconsciente a una nueva forma de eficiencia.
La ciencia también juega sus cartas en esto para ponerle muros de teoría al asunto, datos y evidencias para hablar de lo que no conocemos. Se sabe que cierto tipo de música puede ser gasolina para el pensamiento y la cognición. ¿Y para concentrarnos más y entregar ese peñazo de trabajo a tiempo? También, dulce cordero, también.
Ya hay varios estudios que demuestran la relación entre escuchar música a baja frecuencia y trabajar de forma más eficiente en la gestión de tareas. Parece ser que, por ejemplo, ciertos sonidos ayudan a estimular la zona de nuestro cerebro que segrega la dopamina, y ya te imaginas qué significa esto: unos buenos niveles de esta hormona garantizan una autoestima fuerte y, además, una mayor concentración.
Música binaural e isocrónica para concentrarse mejor
Este hack está de moda entre los que quieren aumentar la productividad en sus tareas del día a día, relajarse o alcanzar estados creativos desconocidos. La música binaural, en todas sus modalidades (sonidos binaurales puros o combinados con una banda sonora relajante) busca precisamente estimular la parte de nuestro cerebro que permanece inactiva en los procesos de cognición normales, así como conectar los hemisferios cerebrales para que trabajen como máquinas gemelas.
La idea es muy sencilla: escuchar determinadas frecuencias, distintas en cada oído, para alterar y aumentar nuestra producción de ondas cerebrales. ¿Cómo? Mediante ciertos estímulos que obligan al cerebro a sincronizarse con esta baja frecuencia. Ahí empieza el carnaval.
Los fanáticos de lo binaural lo describen como una especie de sonido 3D ‘fake’ de baja frecuencia que actúa en segundo plano mientras escribimos, leemos o incluso dormimos.
Los datos apuntan a que las personas que escuchan este tipo de música con cierta regularidad pueden alterar poco a poco los patrones de sus ondas cerebrales, y así beneficiarse de muy distintas formas.
Las ondas de la música binaural
A la hora de escuchar música binaural es importante que la selecciones en función del área cerebral quieras estimular y del tipo de tarea que te interese hacer. Es todavía más importante hacerlo con auriculares. Si no, o funciona. No escucharemos la diferencia de frecuencias, clave para estimular los patrones eléctricos de nuestras neuronas y ponerlas a bailar en completa sincronía con el trabajo que estemos haciendo..
Los sonidos y la música binaural se clasifican según la frecuencia y el tipo de onda cerebral. Hay hasta cuatro: Theta, Delta, Gamma, beta. Probablemente las que más te interesen sean las Gamma, que con su frecuencia (entre 32 y 100Hz) están relacionadas con la alta cognición: productividad, sincronía y concentración. Las frecuencias de 3 a 7Hz afectan a las ondas Theta, mejores para trabajar los sueños lúcidos, la meditación y la relajación profunda. Las Gamma ayudan en la percepción consciente, es decir, que según todos los datos, esclarecen cómo procesamos la información.
Hay ondas binaurales pensadas para relajarse y alcanzar estados meditativos (Theta); otras (las gamma o las alfa, por ejemplo) están más enfocadas a aumentar la concentración y la productividad o el aumento de la dopamina. Hay adictos confesos a ese runrún, ese zumbido tan típico de una sesión de trabajo con música binaural de fondo que sepulta el ruido del mundo.
Buena parte de la música binaural se basa en un principio muy sencillo: estimular el cerebro para aprovechar su capacidad ‘computacional’. El estímulo del cerebro se puede, más o menos, menos que más, enfocar a voluntad, pero para eso hay que conocer cómo funcionan las frecuencias. Leer con mayor concentración, estudiar, meditar, dormir. Cada actividad tiene una música binaural que le va mejor, aunque, desde luego, la clave es hacerlo con cierta regularidad. No notaremos nada si es la primera vez, pero si incluimos la música binaural en nuestro día a día, los cambios llegarán tarde o temprano.
Dónde escuchar música binaural
La aplicación Spotify dispone de muchísimos canales centrados en la música binaural. Youtube es otra buena biblioteca de sonidos y bandas sonoras binaurales.
Esto también tiene yonkis y puristas que no quieren ningún tipo de ornamento y orquesta acompañando la frecuencia 3D de su elección. El usuario que quiera concentrarse más mientras trabaja con sonidos de fondo puede seleccionar una playlist con sonidos binaurales puros, o bien optar por otras playlists que combinan el pulso isocrónico con las melodías relajantes de naturaleza.
La web Synctuition tiene una de las mejores bibliotecas de sonidos y experiencias binaurales de la red.