Primer paso para convertir a tu Godzilla en un godzillín: ¡Visualiza!
Apunta todos los días que tienes quedadas con amigos, comidas de empresa, cenas familiares… ¡Anticípate todo lo que puedas!. Por ejemplo, mira el restaurante al que vais a ir y elige previamente las opciones que se adapten mejor a tu plan nutricional. En casa de amigos y familiares piensa qué cocinar o llevar: algún entrante rico y sano como un hummus de remolacha con crudités, una quiche de verduras…
Segundo paso: Elige tus batallas
No te agobies pensando que vas a engordar este mes o que va ser un mes perdido. El mes tiene 31 un días y puedes elegir los días que quieres bajar la guardia sin sentirte culpable. Está bien cuidarse y tener en cuenta lo que comemos pero también es importante disfrutar y pasarlo bien. Eso sí, el resto del mes toca tomar conciencia de tu conducta alimentaria y no dejarse llevar por la euforia navideña.
Tercer paso: Come antes de salir de casa
Prepárate antes de asistir a cualquiera de tus fiestas. No vayas pensando en la comilona que te vas a pegar y sé previsor, come algo antes. Prepárate un snack saludable: una manzana, un yogur, un trocito de queso fresco o unas nueces… con una infusión calentita. Con esto no llegarás a tus cenas con hambre, te centrarás más en disfrutar de la compañía y evitarás comer de más, por impulso y sin control.
Cuarto paso: Sé selectivo
Come variado y controla las cantidades. Imagina que estás en casa de tu madre, te sientas a la mesa y hay gambas, croquetas, jamón, ensalada, canapés variados y cordero al horno. Elige qué comer y no ataques sin pensar. Toma siempre la opción más sana, en este caso, un poco de ensalada, unas gambas y un trocito de cordero. Si no puedes resistirte a las croquetas o cualquier otra opción menos saludable, no piques nunca del centro de la mesa, sepárate en tu plato una ración de cada cosa: una croqueta, una o dos gambas, un canapé, un trocito de jamón, la ensalada y un trocito pequeño de cordero. No te perderás nada y conseguirás no estallar por alta ingesta.
Quinto y último paso para vencer al mostruo: Come despacio y disfrutando
Saborea cada bocado. No te lances al plato, date tu tiempo, come disfrutando más del momento y evita así comer de manera compulsiva. No sólo disfrutarás el doble de los manjares navideños si no que le ayudarás a tu cerebro a dar la señal correcta en cada momento. Probablemente te sentirás saciado mucho antes y evitarás comer esa croquetilla de más o ese trocito de pan.
¡Si sigues estos cinco pasos, la batalla al monstruo de la gula estará ganada!
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