Kesha se ha convertido en uno de los iconos de la lucha contra el abuso de poder en el mundo artístico en Estados Unidos. Hace un año la veíamos derrumbarse sobre el escenario de los Grammy después de interpretar su canción 'Praying' después de rendir homenaje con su canción a los movimientos del #MeToo y #TimesUp, surgidos para denunciar las agresiones sexuales que han sufrido muchas mujeres dentro de la industria artística (sobre todo del cine, tras el escándalo de Harvey Weinstein).
Kesha es un ejemplo de girl power: una mujer a la que intentaron hundir y que resurgió para luchar contra aquello que la hizo, incluso, detener su carrera musical. Tal y como ella misma ha ido contando después, lo peor no fue alejarse de su sueño, sino perderse a sí misma.
Su vida nunca ha sido un camino de rosas. Después de una infancia difícil y una adolescencia rebelde, Kesha quiso apostar por sí misma y sobre todo por su música para salir del hoyo en el que vivía. Lo que no sabía es que sería precisamente su productor musical quien la hundiera por completo.
Durante años, Kesha sufrió bulimia nerviosa, depresión, adicción a drogas y su cuerpo fue el centro de atención del mundo entero, que vio cómo su físico cambiaba constantemente y, por supuesto, quiso juzgar a la cantante, que ya no era echa chica pequeñita y delgadita que cantaba 'Tik Tok'.
Poco a poco, la compositora estadounidense ha ido recuperándose, y parte de esa recuperación también ha consistido en amarse a sí misma y aceptarse tal y cómo es. La última muestra de autoestima, todo un hito del body positive (movimiento que promueve pensamientos e ideas positivas sobre nuestros cuerpos, tan sometidos y criticados socialmente) ha sido una fotografía que ha compartido en las redes sociales y en la que muestra su cara tal y como es en realidad.
Aunque ya habíamos visto a las pequitas de Kesha colarse en algunas fotografías, la imagen que suele mostrar en sus apariciones públicas dista bastante de esta, sin maquillaje, que ha decidido mostrar. ¿Por qué lo ha hecho? Ella misma lo explica muy bien en el texto que acompaña a la fotografía: "Este año, mi único propósito es amarme a mí misma... tal y como soy, con toda mi mierda y mis imperfecciones y cualquier otra cosa. Y dejar a mis pecas vivir".
Las pecas suelen ser un complejo físico para muchas personas, seguramente porque siempre se ha vendido una imagen de la mujer con la piel completamente "lisa", en cuanto a machas (o pecas), arrugas, acné, o cualquier otro tipo de "imperfecciones". Imperfecciones que no lo son, en realidad. Nadie tiene una cara imperfecta, sino una cara diferente.
Precisamente el movimiento body positive lo que promueve es la diversidad de cuerpos, no el abuso de un canon estético que perjudica a la mayoría de las mujeres. Las personas no tienen que ser "de una determinada manera", sin embargo, esto es algo que se ha impuesto a muchas de ellas, sobre todo a las que se mueven en altas esferas, como actrices, cantantes y modelos.
¡El 2019 no podía empezar mejor! ¡Nos sumamos al propósito de Kesha de amarnos lo más grande durante este año... y durante toda la vida!