Las 10 Kosas que hemos aprendido gracias a las Kardashians
La maternidad no es excluyente
Kim Kardashian acaba de tener su tercer hijo gracias a una madre subrogada. Se lo ha hecho saber a sus fans de la forma más Kardashian posible: subiendo una foto en la que presume de su escultural silueta junto al texto “Mother of three”, demostrando que está más que orgullosa de su figura. Por si fuera poco, al día siguiente retomaba sus compromisos publicitarios y subía a sus stories vídeos en los que promociona suplementos para el cabello. El último story, por si fuera poco, era en el gimnasio, y a este le acompañaba un texto en el que aclaraba que entrenaba mientras su nueva hija descansaba. ¿Acaso pensábamos que Kim iba a dejar de ir al gimnasio, de hacer promociones -esas que le ayudan a aumentar su cuenta corriente 300.000 euros por post- y de actualizar sus redes por la llegada de un nuevo ser humano al mundo?
La magia de hablar de la nada
El reality 'Keeping Up With The Kardashians' nos ha enseñado que puedes hablar de absolutamente nada con tus hermanas y amigas y hacer de esa conversación la charla más trascendental de la historia. El reality muestra a la familia hablar en la cocina o en sus salones de temas de lo más triviales mientras ellas abren los ojos con sorpresa ante cada palabra y asumen cada declaración como si les estuvieran pidiendo matrimonio. Suponemos que es lo que ocurre cuando estás tan preocupada por estar divina que te olvidas de escuchar al que te habla, que a su vez, está preocupado por salir tan perfecto que olvida que sus frases han de tener contenido y sentido alguno.
Las bodas son lo que importa, el matrimonio no
Khloé Kardashian se casó con el jugador de la NBA Lamar Odom al mes de conocerse y, como sabrás, este matrimonio venía con fecha de caducidad. Kim fue más allá y se divorció de Kris Humphries a los 72 días de matrimonio. Su boda con Kanye West no solo se extendió durante toda una semana, con paradas en París y Florencia, sino que contó con dos vestidos de boda: uno de Givenchy Haute Couture y otro diseñado en exclusiva por Olivier Rousteing, director creativo de Balmain, para ella.
Engañar no es TAN malo
Kylie Jenner se ha hecho de oro gracias a unos labiales cuyo éxito inicial se debió a que supuestamente eran los responsables de que presumiera de una boca XL sin pasar por el quirófano. Aunque luego confesó que sus labios eran fruto de las infiltraciones, sus labiales siguieron comprándose. Kylie también nos quiso colar que su culo Kardashian, ese que le apareció de la noche a la mañana, al igual que sus pechos maxi, eran fruto de una crema que promocionaba sin pudor en sus redes. Por supuesto, más tarde se supo que lo más probable es que ella jamás hubiera abierto la tapa de la crema en cuestión.
Y liarla, tampoco
Las Kardashians no solo convierten las mentiras en dinero, sino también las “desgracias”. Es imposible olvidar que Kim es quien es gracias a un vídeo sexual, que le ha reportado más de cuatro millones de euros. Kim también logró hacerse de oro cuando le hackearon el móvil, pues hizo que las fotografías aparecieran también en su libro, 'Selfish'. ¿Que Kris Jenner tiene problemas de contención? Se convierte en imagen de compresas para la orina. Y así, suma y sigue.
El chándal con tacones ya no tiene nada que ver con Martirio
Lo sabemos: ellas no inventaron este insospechado mix, pero su actual éxito sí se lo debe al clan de la K. Kylie Jenner llenó sus redes de instantáneas en las que lograba que el chándal fuera la prenda más sexy del mundo e hizo así que la tendencia athelisure se disparara. Y entonces llegó Kim, que se convirtió en el icono de Yeezy, la firma de su marido, haciendo de los pantalones de chándal la prenda it. Por supuesto, Kim los combina con botines de tacón o con taconazo, porque en la era PK (Post Kardashian), el chándal sin tacones no tiene sentido. Al gimnasio, tal como demuestran sus stories, se va en leggings y con micro top, porque el chándal es la nueva camisa blanca.
Las pe-pe-peluquitas no entienden de racord
Las pelucas estaban antes únicamente aceptadas popularmente para cantantes o mujeres que estuvieran pasado por una larga enfermedad, pero las Kardashians han hecho de las pelucas el accesorio glam indiscutible. Kylie tiene su propio armario de pelucas y es capaz de cambiar cuatro veces de color de pelo a la semana gracias a ellas, al igual que Kim, que pasa del cabello negro más oscuro al blanco más oxigenado sin terminar calva gracias a sus pelucas. Khloé se quita y se pone sus extensiones con tanta asiduidad que en cada capítulo la vemos llevar diferentes peinados. En su día a día -en casa, porque si hay paparazzi de por medio todo cambia- tiene un peinado bob, pero cuando aparece hablando a la cámara, lo hace con un melenón largo y con un volumen que haría a su trasero parecer pequeño. Bueno, aquí quizás hayamos exagerado un poco…
Tu ex puede acabar siendo tu hermano
Scott, el ex marido de Kourtney Kardashian, es un desastre con patas, pero es tan televisivo que las Kardashians lo han convertido en uno más del reality. No solo comparten vacaciones con él, sino que aparece millones de veces más que Bob, el verdadero hermano de la familia.
Hacer promo no tiene nada de malo
Las Kardashians han hecho del arte de promocionar sus productos y negocios, así como de promocionar productos de terceros, su estilo de vida. Ellas son las responsables de que el feed de Instagram sea hoy una promo constante, pues las influencers se han subido al carro y ya todo el mundo promociona sin pudor lo que las marcas le pagan por hacer. Un ejemplo es un té supuestamente adelgazante que ellas pusieron de moda y que ha terminado en las redes de centenares de f-it girls, así como el waist trainer, una faja para entrenar que supuestamente hace posible tener la cintura de Dita von Teese. Khloé promociona sus vaqueros de Good American sin reparo en sus redes, el Instagram de Kim es ahora un escaparate virtual de sus productos de KKW Beauty y Kylie, desaparecida en combate en su más que posible embarazo, ha hecho que los stories de su Instagram se centren en Kylie Cosmetics.
Las curvas molan
Si algo hemos de agradecer por encima de todas las cosas las mujeres a las Kardashians es que cada vez sea más habitual que amemos y respetemos nuestras curvas. Ellas han cambiado el estándar de belleza, y tan solo hay que echar un vistazo a las micro influencers que beben de esta tendencia curvy para comprobar que tener una cadera grande o no tener una talla cero no solo no es ya un problema, sino una bendición.