Cuidar de un hámster es fácil porque son las mascotas perfectas
Los hámsteres son mascotas solitarias que no requieren demasiados cuidados ni atención
Suelen vivir entre 2 y 3 años y son bastante organizados
Hay mascotas que requieren muchos más cuidados y atención que otras, eso es así. Un perro exigirá toda tu energía y peleará por tu atención, tal y como hará un gato, pese a su fama de ariscos, amasándote y llevándote algún que otro animal muerto. Pero hay animales que necesitan alimento y apenas un ratito contigo y que puedes tener en casa, siempre que el espacio esté acondicionado: es el caso de los peces, las tortugas o los hámsteres.
Si nunca has tenido una mascota, esta es una opción perfecta para aprender a alimentar, mimar y respetar a un animal. En Yasss te contamos como cuidar de un hámster con éxito.
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Primero, elegir
Los hámsteres son animales bastante tranquilos y solitarios, que viven entre 2 y 3 años y cuya vida es nocturna. No es raro que te despiertes en mitad de la noche con un ruido extraño que termine siendo tu mascota dando vueltas en su rueda. Su temperatura corporal es parecida a la de los humanos, entre 36 y 38 grados, y vienen de la familia roedora Cricetidae, la misma que los topillos.
La elección de la especie del hámster es importante. Estos animalillos pueden ser de más de 18 especies diferentes, pero las más habituales como mascota son los hámsteres Sirios, que miden unos 25 centímetros y tienen el pelaje marrón salvo en la zona del vientre, más blancuzca, el de Angora, que es una raza con el pelo más sedoso que proviene del Sirio, el Ruso o Siberiano, con el pelillo más corto y una esperanza de vida baja, el Roborovski, que suele ser bastante activo y prefiere la vida en grupo y el Campbell, que suele ser gris y juguetón. Estos tres últimos son bastante más pequeños, todos por debajo de los diez centímetros de largo.
Es importante conseguirle un buen hogar, una jaula de metal grande que no se oxide rápidamente o un espacio en el que pueda estar tranquilo, con juegos y sin peligro de ser pisado. Colócala lejos de la luz solar directa, y evita que esté cerca de otras mascotas que puedan resultarle agresivas, como un perrete o un gato.
Vivir con un hámster
Tendrás que limpiar la jaula un par de veces a la semana, vaciándola y lavándola con agua y jabón, siempre con especial atención a las esquinas, donde pueden acumularse bichitos como pulgas o garrapatas. De hecho, si programas una desinfección extra una vez al mes (en las tiendas de animales venden productos específicos para hacerlo), evitarás que tu hámster pueda ser invadido por los parásitos. En cualquier caso, verás que los hámsteres son animales muy organizados y limpios: tú dividirás su espacio en secciones según dónde coman, se ejerciten, duerman o hagan sus necesidades, y ellos respetarán ese orden sin problema.
Deberás ponerle papel higiénico o de cocina y heno para que ellos mismos hagan su nido. No les pongas ningún tejido que suelte fibras, porque pueden engancharse en sus extremidades.
Y ya sabes: si metes a un macho y una hembra en la misma caja, lo más probable es que engendren más hámsteres pronto. Aquí debes tener mucho cuidado, porque la hembra se pone muy agresiva con el macho, para proteger a sus crías, y además suele comerse, después de parir, a las más débiles, para asegurarse de que el resto sobrevivan. Así que, si quieres evitarlo, aparta al macho de la jaula y no separes a las crías de su madre, para que pueda reconocer el olor como propio.
Comida, bebida y deporte
Empieza planificando su comida y bebida en la caja: instálalo lejos de donde duerma, para que no confunda las cosas, y aliméntale un par de veces al día, bien con los mezcales de semillas que se venden en tiendas bien, con frutas y verduras bien cortadas. Sobre estas últimas, conviene evitar los plátanos, uvas, aguacates, las judías, el puerro, las cebollas y las patatas.
Y no te olvides de la hidratación, que es muy importante para su desarrollo. Lo mejor es ponerle un biberón de bola del que pueda beber: cámbiale el agua a diario y comprueba que esté siempre lleno. Intenta siempre que las virutas del fondo de la jaula no se mojen, porque podría convertirse en un caldo de cultivo de hongos y bacterias que haría al hámster enfermar.
De su cuidado más estético, basta con cortarle las uñas cuando veas que están demasiado crecidas y con cepillarles de vez en cuando, todo con herramientas adecuadas a su tamaño. Y recuerda que los hámsteres son animales activos: ponle una ruedecita, tubitos y otros juguetes, ¡y a correr!