Halima Aden puede presumir de haber roto los tabúes y estereotipos en el sector de la moda con apenas 19 años. Todo empezó cuando la modelo musulmana decidió presentarse a un concurso de belleza en Minnesota y salió a desfilar con su hiyab puesto. A partir de ahí, aunque no ganó el certamen, sí que se ganó a las marcas y se convirtió en la favorita de Kannie West, Max Mara, Nike o Fenty Beauty.
Nacida en un campo de refugiados de Kenia, al escapar sus padres de la guerra en Somalía, llegó a los Estados Unidos con siete años sin hablar una palabra de inglés y se instaló en Minnesota donde hizo sus primeros desfiles y empezó a hacerse conocida. Se puede decir que Halima Aden se adaptó bien a las costumbres, pero nunca abandonó sus raíces y quiso que estas se vieran en la industria de la moda, tal como se explica en el siguiente vídeo de Playground:
En su caso, ella no tuvo a nadie que le allanara el camino y por eso cuando empezó con su carrera de manera formal en 2016, decidió que representaría en las pasarelas a las mujeres musulmanas y migrantes, que lucharía por la diversidad y normalizar el uso del hiyab. Portada de prestigiosas revistas como 'Vogue' o 'Elle' logró que los diseñadores de las grandes marcas se fijaran en ella y dieran una oportunidad a la moda islámica y servir de inspiración a las niñas musulmanas.
Sin embargo, su revolución en las pasarelas ha tenido un breve recorrido y después de ser la primera en desfilar con el hiyab puesto ha optado por retirarse de este mundo, alegando razones personales. Con miles de seguidores en Instagram, la modelo ha dado un giro radical a su carrera y eso que estaba en su mejor momento profesional.
De manera inesperada y a través de sus stories en Instagram, la modelo musulmana se despedía de su breve pero fulgurante carrera en las pasarelas. ¿El motivo? En su opinión a medida que iba encontrando más trabajos se iba alejando más de sus creencias religiosas.
El hecho de que algunas marcas la tratasen de convencer para llevar estilismos que no eran respetuosos con sus creencias fue el detonante para que la que fuese la primera modelo en desfilar con hiyab tomase esta drástica decisión.
En su opinión, la industria de la moda ha encontrado un filón en la moda musulmana, pero necesita ir más allá para entender todo lo que representa el llevar esta prenda que es su cultura. Ella ha salido de ese juego, tal como afirmaba y decía la necesidad que tiene ese mundo de contratar a más estilistas musulmanas para que no se deje a un lado lo que a ella y a otras modelos también les importa: la religión.