Puedes resistirte a ello tanto como quieras, pero los exámenes finales y la Selectividad están a la vuelta de la esquina. Quizás tengas todavía tiempo para prepararla: para la prueba de acceso a la universidad aún queda un mes y, dependiendo del calendario impuesto por tu centro, igual tienes suerte y aún te quedan un par de semanas para preparar todo ese temario del que llevas un cuatrimestre pasando. No queda otra que empinar codos y empollar a la luz del flexo, pero también puedes recurrir a algunos truquillos que te ayudarán a memorizar los contenidos.
¿Te suenan las reglas mnemotécnicas? Son unas estrategias que ayudan a memorizar ideas complejas de forma muy simple. Digamos que las asignaturas son cuatro cajas de ropa, tu memoria es un armario muy pequeñito y la mnemotecnia es la forma en que Marie Kondo consigue que entre todo, de forma ordenada y accesible, para que lo tengas todo a mano si lo necesitas en el examen. Suena bien, ¿no? En Yasss te damos las claves para ponerlas en práctica.
¿Necesitas recordar el vocabulario de una ficha de inglés, pero no te entra ni para atrás? Este truco hace que todo entre más fácilmente. La idea es vincular la palabra que quieres aprender a otra que suene igual en nuestro idioma, aunque sus significados no tengan nada que ver, e imaginar una escena que la asocie con lo que la palabra que queremos aprender quiere decir.
Por ejemplo, ‘carpet’ significa alfombra en inglés, pero en castellano suena muy parecido a ‘carpeta’: podrías imaginar una alfombra enrollada dentro de una carpeta.
Se trata de una técnica que permite formar una frase utilizando las iniciales de las palabras a memorizar. Viene muy bien en asignaturas como historia o biología, en las que tienes que aprender las fases de un determinado proceso, pero después de aprenderte las cinco palabrejas eres incapaz de conseguir recordar el orden en que se produce.
Por ejemplo, imagina que por fin te has aprendido las fases de la Revolución Francesa, con su revuelta popular y la Asamblea Nacional, su monarquía constitucional, su Convención y el Directorio de las narices, pero no eres capaz de recordar el orden. Bastaría con coger las iniciales o las primeras letras de cada etapa (rev, mon, rep y di, por ejemplo) y formar una oración, como “REVilla MONta REPisas en DInamarca”, o algo así. Una imagen que impacte, para que luego puedas volver (y con la que tal vez tengas pesadillas).
Por su sencillez, los acrónimos son una de las técnicas que más usamos en el día a día. Consiste en coger las iniciales de una frase o lista de palabras que queremos aprender y formar una sola palabra. Por ejemplo, si tenemos que aprendernos el teorema de Pitágoras, pero no nos entra ni para atrás, la cogemos (a2+b2=c2) y la convertimos en ÁBaCos (dos ábacos, si quieres, para recordar los exponentes).
Si tienes que recordar una sucesión de eventos, esta es la tuya. Puedes localizarlos en un espacio que conozcas e imaginar el recorrido que harías, por ejemplo, por tu casa o por tu calle. Imagina que quieres aprender los límites de España: al sur por el océano Atlántico y Portugal, al norte con el mar Cantábrico, al noreste con Francia, Andorra y los Pirineos, al este con el mar Mediterráneo y al sur con Marruecos o el Atlántico, en el caso de las Canarias.
Bien, pues cogemos nuestra habitación y localizamos ahí estos límites: según entras por la puerta, al norte, das con la ventana (desde la que se podría ver el mar, como el Cantábrico), si te giras un pelín a tu derecha está la pared, donde cuelgas una foto con tus amigos en la que se ven las montañas de fondo (montañas como los Pirineos, que te invita a asociarlas con Andorra y Francia)… y así. Cada uno debe crear su propio recorrido: este truco no funciona igual con todo el mundo.
Hay muchas técnicas, tantas como formas de estudiar. Unas funcionan mejor para recordar fechas o datos y otras te ayudan a recordar los nombres de las batallas, e incluso aún así, cada persona recuerda mejor con unos métodos que con otros. Lo mejor es integrar estas reglas en tu rutina de estudio: lectura, resúmenes o esquemas y, a partir de ellas, reglas mnemotécnicas. Si trabajamos el temario con nuestras propias imágenes, será mucho más fácil triunfar sobre el papel.