Pedir ayuda no es fácil, sobre todo cuando entramos en el terreno de los problemas psicológicos. Por desgracia en España hay muy pocos psicólogos en la Sanidad Pública, concretamente 4 por cada 100.000 habitantes, mientras que en otros países europeos hay hasta 18. Esto provoca que los pacientes busquen otras alternativas corriendo el riesgo de toparse con "profesionales" que o bien no tienen el título, o bien no pueden ejercer legalmente, tal y como le sucedió a Bruno, que fue víctima de una estafa en el peor momento de su vida y hoy ha compartido su historia con Yasss.
Bruno tiene ahora 27 años, pero todavía no ha olvidado lo que el denomina "el peor momento de su vida". Tras volverse de su Erasmus porque no podía más empezó a ir al psicólogo. Por desgracia, se topó con un estafador sin título que se aprovechó de él durante un año. Esta es su historia:
"Yo tenía 20 años y estaba en un país en el que no conocía a nadie. Me sentía solo y muy triste y me metí en un círculo vicioso del que no sabía salir. No salía de casa, apenas comía, me pasaba días sin ducharme metido en la cama… Empecé a tener preocupaciones sin sentido, por ejemplo me daba pánico volver a casa en avión. Pasaron los meses y mis padres vinieron a buscarme.
Pensaba que una vez en España se me pasaría esa mala racha, pero no fue así y empecé a ir a un psicólogo que una amiga de mi madre le había recomendado. Por aquel entonces no había tanta facilidad para encontrar a alguien en Internet, así que lo último que se me ocurrió fue ponerme a buscar opiniones de este señor. Me pensé que era un buen profesional y que me iba ayudar a superar el peor momento de mi vida.
Lo primero que me dijo es que yo tenía agorafobia y que estaba provocada por traumas infantiles. Me dijo que la muerte de mi abuela me había marcado mucho e incluso alguna vez sugirió que podían haber abusado sexualmente de mí. Os juro que llegué a creérmelo.
Me decía que estaba muy mal y que tenía que ir 3 veces a la semana, y durante las sesiones me preguntaba por historias de cuando era niño que yo creo que nada tenían que ver con cómo me sentía en ese momento.
Así pasé un año. No mejoraba, pero pensaba que era culpa mía. Mis padres tenían la esperanza de que tarde o temprano mejorase, y como todos estábamos desesperados perdimos mucho dinero.
Mis padres sugirieron que fuese a un psiquiatra también para ver si me ayudaba, aunque este psicólogo estaba en contra porque decía que las pastillas me iban a anular como persona. Por suerte no le hicieron caso, y cuando le conté al psiquiatra lo que estaba viviendo con este señor me dijo que lo dejase inmediatamente.
Me recomendó una psicóloga e hice el cambio. Lo peor de todo fue decirle al psicólogo que iba a dejar de ir a su consulta. Se enfadó conmigo, me dijo que nunca iba a mejorar, que lo que estaba haciendo era huir de los problemas y que estaba dispuesto a rebajar el precio de las sesiones. Nada profesional.
Cuando le conté a la psicóloga nueva todo esto, me preguntó por el nombre de este psicólogo porque le resultó extraño. Investigando encontró con que no era psicólogo ni era nada, solo un estafador. Cuando recobré fuerzas y salí de la depresión (esa es otra, el señor aquel me dijo que tenía agorafobia y no era cierto), le denuncié.
Ahora estoy tranquilo porque sé que a nadie más le hará lo que me hizo a mí. Por eso animo a todos a denunciar ante estas estafas."
No debemos tener miedo a ir al psicólogo por unos casos aislados, eso en primer lugar. Como dice el refrán, un mal garbanzo no estropea un cocido. Digo esto porque hay personas que, ante una mala experiencia, no vuelven a pisar el psicólogo. Os pongo un ejemplo: si os rompéis la pierna y el médico de urgencias os dice que lo que tenéis "no es nada" o que "se cura solo", ¿pediríais una segunda opinión? Estoy segura de que sí. Lo mismo debéis hacer con vuestra salud psicológica.
Dicho esto, la primera pregunta que debemos responder es: ¿voy por la Seguridad Social o por lo privado? Lo positivo de los psicólogos de la seguridad social (también llamados psicólogos clínicos) es que tienen una formación muy buena y os aseguráis de que están habilitados para ejercer. El problema es que en ciertas ciudades hay poquitos y las listas de espera son muy largas. Por intentarlo que no quede.
Respecto a los psicólogos privados hay mucho escepticismo infundado. Algunas personas creen que son demasiado caros y que no se lo pueden permitir. Sí, hay profesionales con tarifas muy altas igual que nos podemos encontrar ginecólogos, dermatólogos o fisioterapeutas caros. Eso no quita que haya centros donde el precio es muy asequible y psicólogos que adaptan la tarifa a tu nivel de ingresos. Pregunta, no te quedes con la duda.
Si ya te has animado y has elegido un psicólogo, ¿cómo puedes saber si está ejerciendo su profesión legalmente?
Ante cualquier problema psicológico no temas pedir ayuda. Por suerte hay grandísimos profesionales que pueden proporcionarte herramientas para resolver tus problemas.