Saluda a Emma, tu yo del futuro. Ella es el mejor ejemplo de lo que se nos viene si tú también estás dentro de ese grupito de personas que pasa ocho horas o más sentado delante de un ordenador en una oficina cerrada a cal y canto. Ella ha llegado del 2040 para avisarnos a tamaño real de cómo de feo se presenta el panorama de no cambiar ciertos hábitos. Y, lo cierto es que nos ha llegado a asustar de verdad porque tiene muy mal aspecto.

No se trata de un disfraz más de Halloween. Emma es el espejo en el que todos nos podemos ver reflejados dentro de unos años. Y no creáis que para acabar así hace falta que pase algo muy gordo o que veamos esto como algo muy lejano. En apenas veinte años podemos ser como Emma. Esto quiere decir, igual de jorobados, con varices en las piernas, ojos rojos y secos, muñecas hinchadas e incluso narices y orejas más peludas. Vamos, un cuadrito.

Emma también sufre eccemas por el estrés y algo de sobrepeso por una vida laboral totalmente sedentaria al estar clavada ante un ordenador. No es que esté picando piedra, pero no por ello el trabajo le ha sido fácil y buena prueba de ello es el deterioro al que ha llegado de forma lenta y silenciosa. Tanto es así, que ha terminado doblada y con las extremidades hinchadas por una prolongada mala postura en el trabajo y por no contar también con condiciones adecuadas en el puesto. Algo similar a lo que todos de una forma u otra estamos experimentando, si nuestro trabajo se hace delante de un ordenador y en condiciones que no son las adecuadas.

Dicho de otra forma, a menos que hagamos un cambio radical, la vida laboral nos va a enfermar y mucho. El trabajo nos está matando y así lo han hecho saber investigadores de Fellowes, una empresa que fabrica artículos de oficina y para estaciones de trabajo con sede en Reino Unido. Emma es su forma de llamarnos la atención. El primer objetivo, conseguido.

Estos expertos han elaborado un informe que han terminado resumiendo en un vídeo, que detalla nuestra salud futura de seguir con los hábitos en el trabajo que estamos llevando. Emma es su primer aviso a menos que hagamos algo pronto. El autor de dicho informe, William Highman lo deja claro: o tomamos medidas radicales o "los trabajadores en el futuro podrían sufrir problemas de salud tan graves como los que pensamos que habíamos dejado atrás en la Revolución Industrial".

Estas soluciones pasan por tomar descansos regulares, mejorar nuestra postura frente al ordenador o adaptar nuestro puesto de trabajo para que no tengamos que hacer esfuerzos físicos extras. Emma es una advertencia antes de convertirnos en un reflejo de ella y vernos de verdad muy jorobados.