Sabemos que te encanta dejar suelto a tu conejo y que campe a sus anchas por toda la casa, y a él también. ¿El problema? Que cada vez que haces eso te encuentras con sus excrementos por todas partes. Un comportamiento que llevará a cabo incluso cuando esté entrenado para no sentir miedo, tenga sus horarios marcados y conozca su jaula mejor que tú tu palma de la mano.

Ahora bien, hay una manera de educar a tu conejo para que hagas sus necesidades en un solo sitio. Sí, se puede hacer con mucha maña, una jaula, esquineras, heno y lecho higiénico. En Yasss te contamos cómo.

Antes de empezar, tendrás que hacerte con todos esos productos en una tienda de animales y recoger parte de los excrementos que tu conejo haya dejado por ahí. Con un poco bastará, simplemente los necesitas para reubicar el sitio en el que tu mascota va a hacer sus necesidades. Una vez tengas todo a mano, prepara la esquinera (son unas bandejas higiénicas fáciles de encontrar) cubriendo el fondo con lecho higiénico. Con unos tres centímetros de profundidad bastará.

En cuanto lo tengas preparado, recoge el excremento de tu conejo y ponlo encima de la esquinera que acabas de montar. Inconscientemente, tu conejo asociará esa zona con el lugar donde hacer sus necesidades. Después, basta con colocar la esquinera en la jaula y añadir el heno alrededor, por el suelo. Esto se hace así porque los conejos suelen comer y hacer sus necesidades casi de seguido, como explican desde Kiwoko.

Una sola esquinera está bien, pero si los materiales te dan para montar alguna más, será perfecto. Cuantas más tenga, antes asociará los materiales en esas zonas. Fíjate en las zonas en las que suele deponer sus excrementos en la jaula: es un buen sitio para colocar las esquineras.

No hay mucho más que puedas hacer después de montar toda esa infraestructura. Una vez lo tengas todo preparado, suelta a tu conejo en la jaula y, cada vez que veas que pone sus necesidades en otro sitio, recógelas y reubícalas sobre las esquineras, para que las identifique y acuda hasta allí.

Si en algún momento le estás mirando en el momento exacto en el que va a defecar, puedes aprovechar y moverle de inmediato y con mucho cuidado a su esquinera. Si, por el contrario, compruebas que lo está haciendo solito, puedes reforzar ese comportamiento con un snack.

Le llevará un tiempo, pero al final lo entenderá y todo será más fácil para los dos. Él vivirá en un entorno mucho más higiénico y tú solo tendrás que preocuparte por mantener la esquinera limpia, en lugar de rebuscar entre el heno para que tu mascota no acabe ingiriendo sus propios excrementos. Si tu mascota está esterilizada, probablemente tarde menos en coger práctica, ya que no necesitará marcar su territorio constantemente. En cualquier caso, poco a poco, dejarás de vigilarle tanto y él será mucho más limpio.