La cuarentena es un momento fantástico para ver hasta dónde nos puede crecer el pelo: al menos, es uno de los experimentos que podemos llevar a cabo durante este aislamiento. Si nos molesta, siempre nos queda acabar con él por lo sano: depilación o tijeretazo. Pero ¿qué hacemos con ese pelo que normalmente confiamos a profesionales y al que ahora necesitamos darle forma? ¿Confiamos nuestra melena a mamá y retomamos ese look a medio camino entre el champiñón y el monje de clausura que te persiguió toda la primaria? ¿Te lo cortas tú misma para sentir que tienes el control sobre algo?
Dejando la nuca a un lado, la otra zona velluda que preocupa mucho son las cejas. Parece una tontería, porque se trata de dos líneas de pelo sobre los ojos, pero lo cierto es que enmarcan la cara y pueden cambiar la impresión y el gesto de tu rostro. El problema es que muchos no tenemos la capacidad de darles una forma decente, y en estos días de confinamiento, pedir ayuda a un profesional tampoco es una opción. Así que tienes dos opciones: o te las dejas crecer y esperas a que la situación se regule para retocártelas o te lías la manta a la cabeza y tratas de convertirte en esteticien. Como sabemos que no te puedes estar quieta y vas a optar por la segunda, en Yasss te damos algunos consejos para que la intentona sea lo más exitosa posible. Encomiéndate a tu virgen favorita y sigue leyendo.
Para algunos, depilar la ceja es solamente quitar algunos pelillos alrededor del párpado que hacen perder la forma a la ceja. Hay gente que nace rica y gente que tiene unas cejas estupendas de nacimiento: cada cual con sus dones. También hay personas que tienen pequeñas calvas entre los pelos, algo muy normal y que, si se desea, se puede solucionar con maquillaje. Hay aceites, como el de ricino, que ayudan a que el pelo crezca más fuerte.
Las cejas también atienden a modas, que progresivamente las ensanchan y las estrechan hasta hacerlas desaparecer. En los últimos años han sido tendencia las cejas angulosas y pobladas, pero pronto cambiará de patrón, así que lo más importante es confiar en el gusto de cada uno. En cualquier caso, siempre será mejor apostar por una ceja gruesa y fuerte que por una inexistente: no hay que olvidar que, más allá de la estética, el pelo cumple una función en el rostro, la de proteger el ojo.
Tal y como ocurre con los cortes de cabello, muchos profesionales aseguran que no todos los tipos de ceja sirven para todos los tipos de rostro. A las personas con un rostro redondo se les recomienda una ceja ascendente con ángulo elevado, pero corta, mientras que a aquellos con el rostro alargado se les pide una ceja más bien plana, evitando un ángulo que de la sensación de estiramiento en el rostro. Por su parte, a los rostros cuadrados les recomiendan una ceja con ángulo marcado, y a la gente con rostros en forma de corazón, cejas redondeadas. Como decimos, esto es meramente orientativo.
Si queremos hacer un trabajo ligeramente más personal, tenemos que coger un lápiz (de ojos, por ejemplo), y trazar una línea recta desde las aletas de la nariz hacia arriba, en dirección al inicio del cabello, pero parando a la altura de la frente. Luego, trazaremos otra línea que vaya desde el final de la nariz y pase, en lateral, por la esquina del ojo (no el lagrimal) hasta el hueso de la ceja. Ese será el final, mientras que el punto de inflexión del arco estará al final de la línea que va desde el lateral de la nariz hasta la parte más alta de las cejas.
¿Pinzas? ¿Espejo de aumentos? ¿Paciencia? Bien, ya tienes todo listo. Lávate la cara con agua caliente, para abrir los poros, y después haz las marcas que hemos indicado en el paso anterior. Desde ahí, puedes añadir otras marcas, las de la forma que quieras en tu ceja. Tomando como referencia las indicaciones iniciales, haz una línea de puntos que te sirva para depilar después.
Conoce tu pelo: péinalas hacia arriba y hacia abajo y comprueba la densidad y longitud de tu vello facial. Es importante que, si tus cejas son más bien finitas o débiles, no toques más de lo necesario, porque corres el riesgo de que no se regeneren bien. Comienda por el interior de la ceja y ve hacia afuera, pero trabaja las dos cejas a la vez. Así podrás ir comprobando si el resultado es más o menos simétrico.