Aunque en España muchos no conocíamos a Danna Paola hasta el estreno ‘Élite’, en su México natal lleva siendo una estrella más de dos décadas. Con tan solo cuatro años participó en su primera telenovela, y desde entonces no ha dejado de actuar en pantallas y escenarios de medio mundo. Ahora, la actriz ha abandonado temporalmente la actuación para centrarse en su música, aunque mantiene algunas de sus apariciones en televisión.

A lo largo de su trayectoria, ha conocido a mucha gente distinta, y no todos tienen la misma opinión sobre ella. Uno de los que más la ha criticado ha sido el cómico Ricardo González, conocido por dar vida al payaso Cepillín, quien recientemente aprovechó una entrevista para cargar contra Danna Paola, una “pobre niña creída” a la que conoció hace más de una década. Según explicó, ella le pidió que se apartase porque tiene “miedo a los payasos”, una patología que se conoce como coulrofobia y en la que González parece no creer.

Danna Paola no tardó en reaccionar. Durante una entrevista para el programa Ventaneando, respondió al payaso, quien declaró que “le da fobia” verla a ella: “Creo que hay que pasar página, amigos. Uno nunca sabe cuándo se acabe el mundo entonces hay que pasar pagina y respetar también las fobias de los demás, así como también yo respeto el trabajo del señor, pues que nos respetemos entre todos”, zanjó. También reconoció, como ya había hecho en otras ocasiones, que tiene fobia a los payasos desde los 8 años, pero nada personal en contra de Cepillín. “No es algo nuevo”, aclaró.

Lo cierto es que, a aunque se ha dado a conocer con Stephen King y los protagonistas de su libro ‘It’, la coulrofobia es una patología que viene de largo. La historia de los payasos también es bastante más antigua de lo que podemos creer: se cree que formaban parte de la corte del faraón durante la Quinta dinastía egipcia, en el año 2.500 a.C., y también en China aparecieron durante el siglo II a.C. como personajes para entretener a las clases más altas.

A partir del siglo XVI este oficio empieza a popularizarse, y ya en el XVIII los payasos empiezan a tomar protagonismo en los circos o espectáculos teatrales. El siglo pasado fue una revolución para los payasos, que encontraron mil formas diferentes de desarrollar su labor: desde los mimos parisinos hasta los payasos callejeros, pasando por los famosos payasos de rodeo. Y aquí es, precisamente, donde entra la coulrofobia, un trastorno de ansiedad fóbico que se desencadena ante la presencia, imagen o probabilidad de cruzarse con un payaso. Quien lo sufre, puede tener ataques de ansiedad tan fuertes como para ver su vida condicionada.

Cuando ve a un payaso, el coulrofóbico siente un miedo intenso y puede comenzar a temblar, notando taquicardias y problemas de respiración, además de todos los síntomas de un ataque de ansiedad. Es un problema que puede retraerles socialmente, en parte por la vergüenza que sienten (o terceras personas como Cepillín les hacen sentir, ridiculizándoles), en parte porque la posibilidad de ver a un payaso puede llegar a condicionar qué hacen y qué no.

Según los psicólogos, esta fobia suele estar relacionada con traumas o emociones vividos durante la infancia. Habitualmente, quien lo sufre ha pasado por algún tipo de experiencia negativa relacionada con este oficio, aunque hay quien asegura que esta fobia también está muy relacionada con la caricaturización de los payasos en la televisión o el cine. ¿Quién no ha tenido alguna pesadilla con el Joker, Pennywise o Twisty, de ‘American Horror Story’?

Si el pánico no se ataja a tiempo, el niño puede desarrollar una fobia más fuerte en la edad adulta. Ahora bien, el tratamiento no pasa por apartar a los más pequeños de los payasos, como hacen muchos padres (así, explican los psicólogos, solo se aísla al niño de sus amigos), sino con atención psicoterapéutica. El tratamiento de un especialista se llevará a cabo después de realizar un diagnóstico, habitualmente enfrentándole poco a poco al estímulo y ayudándole a tratar con la ansiedad que le desestabiliza. Con tiempo y ayuda, muchos pacientes han superado su coulrofobia.