Todos tenemos culo, sí, pero no todos tenemos el mismo culo. Los hay grandes, pequeños, respingones, caídos, musculados, culocarpeta... y también los hay valiosos. Hace años se hizo muy popular la noticia de que la cantante Jennifer López había asegurado su culo por cinco millones de euros, y durante un tiempo fue el trasero más famoso, hasta que llegaron las Kardashian. Las hijas de Kris Jenner, en especial Kim, convirtieron su culo en una obsesión, no solo para ellas, sino para miles de mujeres en todo el mundo.

Pocos años después de que Kim Kardashian comenzase a trabajar sus glúteos a conciencia, podemos decir que los culos están de moda y que algunas personas, como Olivia Bass, han sabido crear de su culo un imperio.

Se valora que estén bien definidos y firmes, algo que no es tan sencillo de conseguir y que, podría decirse, es un esfuerzo de constancia y dedicación diaria. Por eso en torno a ellos hay todo un showbusiness de cremas y cosmética, cirugías para elevar o retocar y muchas tablas de ejercicios que buscan esos glúteos perfectos.

La visibilización del culo en redes sociales, sobre todo en Instagram, es más que evidente. Se considera una parte del cuerpo envidiable y privilegiada, y quien lo consigue, lo puede monetizar fácilmente. La influencer Olivia Bass lo sabe bien, ya que ha logrado montar su imperio a través de esta parte de su cuerpo y así se lo ha contado a Playground en este reportaje:

La entrevista fue publicada el pasado 6 de noviembre. Actualmente, Olivia Bass ya no tiene activa su cuenta de Instagram, aunque su curso sigue vendiéndose a través de su página web.

Si su caso interesa es porque es excepcional. Olivia es tiene talento para ser influencer, ya que es mucho más que un culo: ha sabido crear un vínculo fuerte con los seguidores a través de su carisma, de no tener pelos en la lengua y de haber dado con una necesidad que ahora está en alza: su curso de entrenamiento online de glúteos es una mina y ella misma es el ejemplo de que el esfuerzo y la constancia funcionan a la hora de conseguir un buen melocotoncito.

Tanto es así que Survive, una agencia de marketing no convencional (como ellos se definen) se ha atrevido a convertir el culo en un nuevo filón en el mercado ,y es la que le está asesorando para monetizar ese concepto de 'culo triunfal'. La influencer ha conseguido vender 12.000 cursos a una media de 70€ cada uno y ser una inspiración para otras muchas mujeres.

La demanda por un culazo grande y firme está aumentando porque en las redes se ha recuperado a base de ciertas influencias la idea de que un culo con curvas es un ideal de belleza que se luce y potencia todavía más con el twerking. El 'perreo' o baile mediante movimientos pélvicos cuya gracia está en mover el culo a toda velocidad también ha contribuido a que los culos estén en alza. Ahora, tener un buen trasero es un motivo para mejorar la autoestima y hacerse de oro con los consejos y entrenamientos para lograrlo.

Por eso, cuando creíamos que el tener una buena delantera era el deseo del cuerpo más perseguido entre las mujeres, el culo ha llegado para quedarse y no es ningún secreto. Diseñar el trasero perfecto es toda una técnica que se consigue a través de ejercicios de estiramiento, de flexión, sentadillas, zancadas y, desde luego que el confinamiento ha sido el aliado definitivo para compartir rutinas de entrenamiento y que los influencers hayan adoptado cursos a pago para hacer su seguimiento.

¿Cómo se ha convertido el culo en la parte estrella del cuerpo femenino actualmente? La explicación fácil está en las redes sociales, pero detrás de los grandes culos que se mueven al ritmo de la música no es algo novedoso. La comunidad negra lleva siglos haciéndolo. Su origen está en África y desde ahí ha llegado a otros muchos países de América Latina y América Central o a Estados Unidos, tal como explica para S Moda la socióloga y bailarina Kim Jordan, impulsora del booty dance en Barcelona

Si históricamente estas danzas se utilizaban para celebrar, desde bodas, ceremonias de fertilidad, hasta para reforzar los músculos después del parto, la idea ahora de bailar twerk es una forma más de hacer que la mujer se sienta atractiva, muy lejos de ser una sumisión. "Una liberación por completo", describe Kim Jordan que encuentra su máxima expresión en esa actitud de libertad liberada.

Esto no ha pasado desapercibido y en el reino de Instagram, los culos son de lo más valorado. No solo Olivia Bass se ha dado cuenta de ello. La brasileña Neiva Mara, afincada en Valencia, exhibe a diario sus nalgas con un gran éxito. Cuenta ya con más de nueve millones de seguidores que siguen sus entrenamientos diarios y si se quiere conocer más secretos y ejercicios toca activar la opción a pago. Tener el poderío de un buen culo no es gratis y eso se ha convertido desde luego en una nueva vía de negocio.