En 2020 cuida tu salud mental: motivos por los que el psicólogo puede ser una ayuda
2020 es tu año y toca cuidar tu salud mental, por eso en Yasss hemos recopilado los mejores motivos para ir al psicólogo de una vez por todas
A medida que los años pasan, la sociedad va tomando conciencia de la importancia que tiene la salud mental. Con suerte, en 2020 concederemos a nuestro bienestar psicológico la importancia que merece. ¿Cómo? Trabajando nuestra autoestima, aprendiendo a ser asertivos, despidiéndonos de aquellas personas que nos hacen daño deliberadamente o tomando decisiones por y para nosotros. Por desgracia, muchas veces no sabemos cómo cumplir estos propósitos, por eso es importante pedir ayuda profesional e ir al psicólogo al igual que vamos al oftalmólogo, al dentista, al ginecólogo o al medico de familia.
2020 es el año perfecto para cuidar tu salud mental, y por eso en Yasss hemos recopilado los mejores motivos para ir al psicólogo de una vez por todas.
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Para aprender a quererte más y mejor
Son muchas las personas que padecen problemas relacionados con la ansiedad o con la depresión por baja autoestima. La creencia de que no merecemos nada es devastadora, y 2020 es el momento para hacerle frente y descubrir cuánto vales.
A la hora de trabajar nuestra autoestima no sólo es importante aprender a querernos más, sino aprender a querernos mejor. Es decir, que tu amor propio mejore sin compararte con nadie, sin herir a los demás, sin autoengañarte y sin depositarlo en las manos de otra persona. Es algo que depende de ti y de nadie más.
No es cuestión de sentirte superior que otras personas, sino de aceptar que eres una persona única con sus virtudes y sus defectos, y que todo aquello que no te gusta tiene un por qué. Algunas cosas deben ser cambiadas, sobre todo aquellas que te hacen daño a corto, largo plazo o que hieren a los demás, y otras deben ser aceptadas.
Para saber cuándo poner límites
Decir “no” sin sentirte culpable es difícil, sobre todo cuando llevas toda la vida subordinando tus necesidades a lo que los demás quieren o esperan de ti. Si no sabes negarte a nada y constantemente los demás se aprovechan de tus inseguridades, es hora de aprender a poner límites.
Ojo, aprender a poner límites no es decir al mundo entero lo que piensas sin filtros ni empatía. Eso es mala educación. Poner límites es entender lo que de verdad necesitas, comunicarte de forma clara, concisa y respetuosa, y priorizar tu bienestar sin dañar el de los demás.
Para gestionar los conflictos sin ira, ansiedad o tristeza
Los conflictos no siempre son malos. A lo largo de nuestra vida nos vamos a topar con cientos de personas que pensarán distinto a nosotros. También nos encontraremos en situaciones desagradables en las que la solución dependerá en gran parte de nosotros. Discutiremos, debatiremos y aprenderemos. Todo esto es parte de la vida.
Hay dos formas de gestionar los conflictos: una sana y otra un poquito perjudicial para nuestra salud mental. Si cuando algo malo sucede tu reacción es cabrearte, agobiarte o deprimirte y posponer la solución del problema hasta que pasa el tiempo u otro lo arregla, debes ponerte manos a la obra y pedir ayuda profesional.
Para saber qué es lo que quieres en la vida
Tomar decisiones es una tarea ardua, sobre todo aquellas que van a afectarnos en el futuro. Por ejemplo, escoger el bachillerato científico o el de humanidades, elegir qué carrera universitaria quieres estudiar, decidir si estudiar cerca o fuera, pedir la beca Erasmus o no, enviar tu currículum a esa empresa que te llama la atención, aceptar un contrato de prácticas, mudarte lejos de casa…
A la hora de decidir, es importante hacerlo en base a lo que tú quieres y no en base a lo que tus padres o tu pareja te imponen. Obviamente lo que los demás piensan va a influir en la decisión, pero tienes que aprender a identificar tus necesidades y tus prioridades. Si no sabes, un psicólogo puede ayudarte.
Para mejorar tu estado de salud física
Hay numerosos problemas físicos relacionados con nuestra salud mental. Por ejemplo, el insomnio o, por el contrario, dormir mucho, la tensión muscular, el malestar de estómago, los atracones, la falta de hambre, el dolor de cabeza.
La salud física y la salud psicológica se influyen mutuamente, por eso es fundamental entender nuestro cuerpo como una máquina que funciona en conjunto y no como un armario con distintos apartados y cajones. Todo afecta a todo, y todo es igualmente importante.
Además de los motivos que acabamos de mencionar, pide ayuda psicológica si sospechas que padeces cualquier trastorno psicológico.