No sabemos si Cepeda lleva desde muy pequeño con la gasolina y la polémica pegada a los zapatos, uno de sus últimos coletazos ha sido en ‘La isla de las tentaciones’. Cepoi, la combinación entre Cepeda y Roi, nos enternece y nos gusta. Cepeda no es tan abierto como Roi, sino más bien un camaleón musical de carácter reservado que lleva años chocando con sus compañeros de la academia, con sus fans, con los periodistas. A la gresca siempre, para revindicar su autenticidad y el no casarse con nadie. ¿Se dejará domesticar alguna vez? ¿Abrirá su corazón sin sacar las garras?
Ha llovido mucho desde ‘Principios’, su primer disco. Un disco de oro, de platino, el Premio Cadena Dial en 2019 y Ticket of the Year. A este orensano le conocimos tras su paso por OT en 2017. El malote de clase, el eterno nominado. Hasta cinco veces fue señalado por el público y los profesores, cuatro fueron seguidas, y en cuatro consiguió que no le guillotinaran la guitarra acústica. A la quinta va la vencida y te cortan la cabeza, como suele suceder.
Pero en el principio, dicho con grandes fanfarrias bíblicas, siempre fue de Youtube. Los cepedistas señalan a esta plataforma como la verdadera cantera del cantante y compositor. Un autodidacta, este gallito con encanto que robó el corazón de Aitana; un chico que, tiempo atrás, había estudiado Diseño Industrial y trabajaba captando gente agriada para una ONG en alguna arteria de su ciudad. Talento había, porque él mismo lo cuenta. ‘Soy como soy’. Nada de academias, conservatorio, clases de guitarra regladas. El camino era otro. Bueno, el camino era el propio Cepeda, lo tenía ya rugiendo en los dedos.
La parte autodidacta de la música, el aprendizaje sin maestros, son parte fundamental de la formación del músico, que aprendió a tocar solo, imitando a otros músicos en los videos de Youtube o con tutoriales que veía cuando los trabajos de supervivencia le dejaban algo de tiempo para fiestas a solas. Tardes de música acumulada, de rasgueo y punteo sin destino fijo. Le salió muy bien, a juzgar por los resultados.
De hecho, OT no es ni mucho menos su primer bautismo de fuego. Cepeda es de una individualidad a prueba de bombas, y ya pasó antes por esas catas ciegas del programa 'La Voz', donde se marcó una versión espectacular de ‘Wherever you will go’ (The Calling). No es fácil que tres de los coach del programa se giren a la vez, y ahí ya podía intuirse el ascenso de Cepeda y esa firme convicción de ser el mejor. Lo apadrinaron Laura Paussini, Malú y Antonio Orozco. Pausinni debió de ver en él un diamante en bruto, porque lo invitó a irse de giras y juergas con ella sin pestañear. Cepeda, a la contra siempre, eligió a Malú para que hiciera las veces de valedora, y esa fue su primera caída. Tropezó en una de las habituales pruebas del programa, las batallas. En esta ocasión, interpretaba un tema de Aviici.
No todo fue malo para Cepeda. Uno de sus referentes salió de esta travesía por el desierto. OT estaba al caer.
¿Qué pasó con Cepeda en este tiempo? Una especie de regreso a los orígenes, con el mismo desparpajo y el mismo tesón. Le esperaba todavía un tiempo de travesía por el desierto, otra vez en los brazos mullidos de Youtube, donde se pasó a los covers de todo palo: pop, flamenco, soul. Los cepedistas, como yonkis del asunto, recordarán que de aquí salió una de sus canciones más encendidas y románticas: ‘Mi musa’.
Cepeda es mucho Cepeda, tan Cepeda que cuando se presentó al casting de OT en 2017 ni siquiera sabía muy bien de qué iba la cosa y cómo funcionaba aquello. Ni le sonaba el formato del programa (eso dice él) y no había catado como espectador ninguna de las ediciones anteriores de los triunfitos de voz clonada. Un asesino de aspirantes, el músico. Pese a ir despistado a las pruebas, se ventiló a más de 10.000 aspirantes y pasó a ser uno de los 16 concursantes oficiales. Aguantó dos meses, y en mitad de ese camino, se rompió y lloró más de una cuando no dio la talla. Ascenso, combustión y caída en la última gala, en la que perdió frente a Roi, al que el público le dio todo el amor. Los cepedistas también se rompieron un poco por dentro cuando el cantante interpretó un tema de James Arthur, ‘Say you won´t let go’.
Cepeda es mucho Cepeda, y suponemos que hay una parte más humana y mucho menos agresiva de la que muestra de cara al público cuando una fan le pide un autógrafo (‘Te he dicho que no me toques’), una polémica que ya salió él a desmentir por todos los canales que pudo. Mucho ha llovido. Se ha dulcificado en las entrevistas, pero sigue siendo él, con las garras un poco más escondidas.