Azúcar, sacarina, estevia... Toda la verdad sobre los edulcorantes 'buenos' y 'malos'
Con un poco de azúcar… o sacarina.
El azúcar refinado es nuestro enemigo público número uno, causante principal de la obesidad y de la diabetes. Pero su amiguita la sacarina no se queda muy atrás. Existen diversos estudios que afirman que este edulcorante, rey de las dietas para perder peso, es tan dañino para la salud como el azúcar: no sólo provoca el desarrollo de diabetes tipo 2, ya que dificulta el control de los niveles de azúcar en sangre, si no que también destruye nuestra flora intestinal, primordial para la salud de nuestro aparato digestivo.
Todos estos alarmantes datos se vieron reflejados en un estudio elaborado por el Instituto Weizmann de Rehovot y publicado en la revista Nature. Eso sí, todavía hay gente que desmiente este este estudio. Por ejemplo, José Miguel Mulet, bioquímico, profesor de la UPV, y autor de Comer sin miedo dice en una entrevista para la Cadena Ser: "Partamos de la base de que si algo está autorizado es porque es seguro. Esos estudios demostraron ser erróneos hace tiempo. Se puede consumir sin problema cualquier edulcorante". Opiniones diferentes va a haber siempre. Yo os invito a investigar por vuestra cuenta y que toméis vuestras propias decisiones sobre lo que queréis meteros en el cuerpo.
Edulcorantes y la química cerebral
Antes de continuar, quiero detenerme un momento en la reacción química que nos produce lo dulce, sea calórico o no, en el cerebro. La cantidad de dulce que tomas está bastante relacionada con el nivel de placer que necesitas. Suena a droga dura, lo sé, pero, realmente, se parece bastante. Los alimentos o productos dulces nos provocan un gran alivio emocional, una gran sensación de bienestar. Esto se debe a que aumentan nuestros niveles de dopamina. La dopamina es el neurotransmisor que fabricamos sobre todo cuando necesitamos sentirnos recompensados. ¿Ves cuando le das una galletita a tu perrito para que aprenda que ha hecho algo bien? Pues esto también se le parece. Nos "damos" azúcar cuando necesitamos un momento de alivio o de premio.
Como decía Celia Cruz: ¡Azúcar! (Sí, pero integral)
Para mí, lo más correcto sería eliminar todos los endulzantes químicos (calóricos o no) de nuestra dieta. Centrarnos en alimentos que nos nutran y, además, nos produzcan el placer que buscamos cuando tomamos algo dulce. Espera, ¿me estás diciendo que hay alimentos dulces que no llevan azúcar? ¡Así es! Dátiles, pasas, plátanos, panela (azúcar de caña integral), miel, azúcar de coco… Algunos son más calóricos que otros y algunos tienen un alto índice glucémico, por ello, tendrás que moderar su consumo según tu estado de salud.
Receticas dulces y saludables con endulzantes naturales:
Aquí os dejo unas recetitas rapidísimas y saludables para edulzaros la vida:
1. Bizcocho de zanahoria integral con panela.
Ingredientes: 1 yogur natural, 1 medida de tarrina de yogur de aceite de oliva, 1 media de panela, 3 medidas de harina integral, 3 huevos, 1 sobre de levadura, 200 gr de zanahoria rallada, un pizca de esencia de vainilla y una cucharadita de canela.
En un bol mezcla, los huevos y la panela, incorpora el aceite y el yogur hasta que tengas una mezcla homogénea. Ahora, añade la harina y la levadura tamizada. Incorpora la zanahoria, la canela y la vainilla y al horno a 180 grados durante 30 minutos aproximadamente. Comprueba que esté cocinado con un palillo, si al pinchar sale limpio, tu bizcocho está listo.
2.“Ferreros”. Bombones de dátiles, frutos secos y cacao.
Ingredientes: 1 cucharada de cacao puro, media taza del fruto seco crudo que más te guste y media taza de dátiles sin hueso.
Pica los frutos secos y los dátiles, incorpora la cucharada de cacao y elabora bolitas pequeñas. Puedes decorarlas con almendras picadas por fuera o con cacao a modo de trufa.
3. Tortitas de cacao puro con plátano.
Ingredientes: 1 plátano, 1 huevo, 1 clara de huevo, 3 cucharadas de avena integral , 1 cucharada de cacao puro y ralladura de limón a gusto.
Comienza pisando el plátano en un recipiente hasta formar un puré. Añade el huevo entero y la clara y mezcla. Por último, añade el cacao, la ralladura de limón y 3 cucharadas de avena. Luego en una sartén ya caliente y engrasada con una pizca de aceite de oliva virgen extra, echa la mezcla que te quepa en un cazo no muy grande y dale la vuelta cuando esté doradita. Yo las acompaño siempre con frutos rojos.
Si te interesa este tema, sí quieres aprender a comer y sentirte mejor contigo mismo ponte en contacto conmigo: sandratiradocoach.com