Las nuevas tecnologías tienen su parte buena y su parte mala, como nos muestran algunas series como 'Black mirror'. Nos hacen la vida más fácil y podemos estar más conectados, pero, ¿a qué precio? Si alguna vez te has preguntado cómo es posible que tras buscar una información totalmente aleatoria en tu smartphone, hayas empezado a recibir toda clase de notificaciones sobre eso y te has vuelto un conspiranoico… Tenemos buenas noticias, ¡no estás loco! Simplemente es que te están 'espiando', como a todos.
Pues muy sencillo: cada vez que te bajas una app y aceptas que acceda a tu cámara, tu galería o tu micrófono, le estás dando el poder para que acceda cuando quiera. En el caso de los asistentes de voz, transcriben la voz a un texto que se envía a los servidores de la empresa correspondiente -Google, Apple, Amazon o Microsoft- y que es procesado a través de aplicación Big Data.
Es decir, son como unos mini ordenadores que tienen un micrófono constantemente escuchando todo lo que ocurre a su alrededor y, claro, hoy en día el móvil se viene con nosotros hasta el baño o nuestras mesitas de noche. Es como vivir tu propio 'Gran Hermano' 24/7.
"Como por defecto solemos dejar activada la función de llamar a nuestro asistente virtual para que nos responda, le estamos dando permiso a las empresas para que estén en constante escucha", nos explica Rodrigo Gutiérrez del Arroyo Abad, consultor informático en Altin Solution. Nosotros somos los que les dejamos entrar en nuestra vida: aceptamos su política de privacidad, sus cookies y sus letras pequeñas.
Ya ha habido casos como el de Alexa de Amazon, que grabó y mandó una conversación de sus dueños sin permiso en Portland (Oregón, Estados Unidos). Danielle instaló un altavoz Echo en todas las habitaciones de su casa hasta que recibió el siguiente mensaje: "Desconecta tus dispositivos Alexa, te están hackeando". Al principio, ella y su marido se lo tomaron como una broma, pero resultó que al final el dispositivo repitió una conversación que acababan de mantener y aseguró a KIRO-TV haberse sentido invadida: "Nunca voy a volver a conectar este dispositivo otra vez porque no puedo confiar en él".
Lamentamos decirte que las únicas posibilidades que tiene son quitando el reconocimiento de voz para cualquier tipo de app o no comprándolos. Pero claro, ¿serías capaz de vivir sin tu móvil o tu ordenador? Quieras que no, si quieres disfrutar de las ventajas que los asistentes virtuales y las nuevas tecnologías te aportan, debes valorar primero cuánto te importan tus datos y tu privacidad.
Tal y como nos cuenta Adrián Martín Gutiérrez-Cabello, consultor de ciberseguridad y fraude: "Aunque suelen guardar fuertes medidas de seguridad, cualquier dispositivo conectado a Internet es susceptible de ser hackeado". Es decir, nos recomienda prudencia. "Si eres un directivo de alto nivel o tienes un cargo laboral importante, deberías valorar también si la comodidad que te aporta es más importante que el posible 'daño' que le podría suponer a tu empresa", explica.
Pues sí. Sobre legalidad, todo se resume en esta frase: "De manera predeterminada, los dispositivos Echo de Amazon utilizan 'Alexa' como palabra de alerta. Mientras que el dispositivo se encuentra constantemente escuchando, únicamente comienza a rastrear y a analizar lo que el usuario dice después de escuchar la palabra 'Alexa", explica Martín Gutiérrez-Cabello.
Y añade: "Si no hay una ley que diga explícitamente a la compañía que no puede hacer algo y el usuario acepta los términos y condiciones, literalmente le estás regalando tu alma eterna". Puedes creer o confiar que el asistente solo oirá lo de su alrededor al mencionarle, pero realmente no es así.
Sin embargo, gracias a la ley GDPR europea, las empresas solo pueden usar tus datos con los fines que previamente has autorizado para ello y no para ningún otro, pero Adrián nos insiste: "Compañías como Google, Apple, Facebook, Microsoft o Amazon tienen una cantidad tan ingente de datos de los usuarios que es casi imposible controlar que solo los usan para el fin preestablecido".
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