Alergia a los frutos secos, una patología común con la que hay que tener mucho cuidado
La alergia a los frutos secos es una de las más comunes. Se puede no tolerar uno o varios de ellos.
Los síntomas más habituales son los mareos, la diarrea o la respiración pesada, pero comer un cacahuete puede llegar a provocar la muerte de un alérgico.
La alergia a los frutos secos es una de las más comunes. Se trata de una enfermedad crónica que obliga a quien la sufre a prescindir de ellos en su dieta, así como de todos los derivados, para no sufrir otra serie de problemas, sobre todo de respiración. Dicho así, parece más el problema que la prevención: basta con no comer pistachos o almendras y seguir con tu vida. Pero te animamos a ir a tu súper más cercano y buscar en las etiquetas los ingredientes de cualquier producto de desayuno: galletas, cereales, tartas… casi todas llevan frutos secos o algún tipo de mantequilla o aceite derivado. Y tantos otros productos de pasillos y secciones de supermercado muy diferentes que, avisan en su etiquetado, “pueden contener trazas de frutos secos”.
MÁS
Por eso, y porque es una situación bastante habitual, en Yasss te contamos un poco más sobre esta patología tan común que, sin embargo, sigue provocando muchas dudas.
¿Cómo aparece la alergia?
Todas las alergias surgen de la misma forma: primero se da un proceso de ‘sensibilización’, después del primer contacto con el objeto o alimento, y después de un tiempo y de varios roces con ese producto, aparecen los primeros síntomas. ¿Cuáles son? Los más habituales incluyen urticaria, hinchazón en los labios y la lengua, vómitos, dolores abdominales y diarrea, normalmente en la primera hora después de la ingesta o el contacto.
Estos síntomas suelen ir acompañados con problemas para respirar o inspiraciones ruidosas, sensación o cierre en la garganta, afonía, toses muy intensas o mareos. Si después de tomar frutos secos, crees que puedes sufrir una alergia, lo mejor es que acudas al médico, para que pueda someterte a las pruebas pertinentes.
Estos problemas pueden aparecer en segundos o hasta varias horas después de ingerir (a veces, aunque no es muy habitual, también por exponerse por vía inhalatoria) el producto. Los síntomas más graves incluyen el shock anafiláctico, una reacción muy grave que suele aparecer si hay más alergias y que puede llevar a perder el conocimiento o la muerte.
La sorpresa está en la cáscara
Cuando hablamos de frutos secos, hablamos de unos alimentos vegetales que no tienen jugo, con una cáscara relativamente dura y un porcentaje de agua menor al 50%. Suelen englobarse en tres tipos: los cacahuetes, los frutos de cáscara y las semillas. Se puede ser alérgico a uno o varios frutos secos, pero como son alimentos de la misma familia, es muy habitual sufrirla con más de un tipo.
El único que se salva de esta asociación es el cacahuete, que no es un fruto seco, sino una legumbre. Su proteína es muy diferente a la de otros frutos de cáscara, así que, si eres alérgico al cacahuete, quizás no tengas problemas con las avellanas ni las nueces, aunque es más probable que desarrolles intolerancia a los garbanzos o las judías.
Algunos de los frutos secos que producen más problemas (quizás porque son los que más se consumen) son el cacahuete, las nueces y la avellana. Otros, como la almendra o el girasol, también producen problemas habitualmente, pero suelen tolerarse mejor.
Una de las dudas más frecuentes entre los que acaban de descubrir que son alérgicos a los frutos secos tiene que ver con el chocolate, ya que este producto está muy relacionado con estos alimentos de cáscara. ¿Pueden los alérgicos a los frutos secos seguir tomando el dulce sin problemas? Pues sí, siempre y cuando no lleve frutos secos ni trazas. El cacao no tiene absolutamente nada que ver con estos alimentos y, de hecho, la alergia al chocolate es relativamente poco habitual.
¿Tiene solución?
Las alergias pueden aparecer en cualquier etapa de la vida, pero son más habituales en los niños. Cuando todavía son lactantes, es muy frecuente desarrollar alergia a la leche de vaca y al huevo; esta alergia no aparece hasta que se integran los frutos secos en la alimentación, unos años después. Los médicos suelen identificarla cuando los niños tienen 3 o 4 años.
¿Hay tratamiento? Pues depende del grado, pero la verdad es que, hoy por hoy, no existe una solución milagrosa que acabe con la alergia. La única solución es evitar ingerir ese alimento que no se tolera, poco a poco, consultando absolutamente todas las etiquetas cuando se va a la compra. A veces, con el tiempo, la alergia desaparece.