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Te la has tragado: el agua embotellada es una estafa y podemos demostrarlo
Emosido engañado, sí. Si no has crecido en Madrid, donde el agua del grifo es un manjar de los dioses, seguramente hayas pasado toda tu vida comprando garrafas de agua para beber a diario. Según la Federación Europea de Aguas Envasadas (EFBW), España está en el puesto número cuatro de países que más agua embotellada consume. Eso quiere decir que bebemos mogollón de agua comprada, pero también significa que hay tres países que beben más que nosotros.
Hay muchas razones para elegir beber agua embotellada, desde la creencia de que es mejor, más pura o con mayores beneficios para nuestra salud hasta la pura aversión al agua del grifo, por pensar que está contaminada o que tiene muchos productos añadidos. Ninguno de los dos extremos llega a ser cierto del todo.
Lo que sí es cierto es que en España todavía hay algunas zonas en las que no es recomendable beber agua del grifo, aunque según el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, el agua de España es de calidad en un 99% de las localidades del país.
En España el agua del grifo es segura y de calidad, aunque en algunas zonas su sabor puede ser desagradable. Sin embargo, consumimos mucha agua embotellada. Y la principal razón es que todavía creemos que el agua que se vende en los suepermercados es mejor. ¿Quién nos ha hecho creer eso?
Rompiendo mitos del agua embotellada
El éxito del agua embotellada se debe a una de las mejores campañas de márketing jamás creadas. No solo por el impacto que tuvo sobre la población hace unas décadas, convenciéndolos de que comprar agua era mejor, sino que esa creencia ha ido pasando generación tras generación y ahora es un mito mucho más difícil de eliminar.
Te vamos a demostrar en cuatro sencillos pasos que el agua embotellada es un timo y que no necesitas gastar dinero en ella:
La primera vez que se vendió agua ya se usó el beneficio para la salud
Fue en Boston, Massachusetts, en 1767. La compañía Jackson's Spa empezó a vender agua con fines terapéuticos. Desde el primer momento se asoció la idea de "más sano" a la venta de este producto. Además, en aquel momento el agua era muy cara, sobre todo por el coste del envase, ya que aún no había industria de producción masiva. Y ya sabemos lo que pasa cuando algo vale dinero, que inconscientemente pensamos que es de mejor calidad. Los más ricos empezaron a beber agua embotellada para mostrar su posición económica y, bueno, el postureo no es algo nuevo del siglo XXI. En todas las épocas los ricos han iniciado modas a las que se han ido sumando paulatinamente el resto de clases.
El agua embotellada te cuesta 2.000 veces más cara que el agua del grifo
Imagínate que vas a un supermercado y ves un jabón que vale 1€ junto a un jabón que vale 2.000€. Y piensas "me voy a llevar el de 2.000€, mejor". ¿Crees que harías eso si vieras esos dos productos juntos? Pues es lo que haces cada vez que bebes agua embotellada. Es verdad que una sola botella es bastante barata, pero si comparas esos cincuenta céntimos que te puede costar con lo que te costaría esa misma cantidad de agua del grifo de tu casa... ¡la diferencia de precio sería la misma! ¿Qué eres, rico? Puede que sí, pero lo más seguro es que no lo seas. ¡Así que deja de tirar tu dinero! Fuente: foodandwaterwatch.org
Las empresas de agua saben que te cobran 2.000 veces más por casi lo mismo
Las diferencias entre el agua mineral y el agua del grifo son mínimas. La mayor diferencia está en el sabor, ya que el agua del grifo cambia su composición según la estación del año y eso puede notarse. Por otra parte, según Sass, el 25% del agua embotellada no es agua mineral, ¡es literalmente agua corriente embotellada! Te la siguen jugando porque saben que seguirás comprando y que vender agua embotellada es un negocio redondo, por los mínimos costes y los máximos beneficios.
La industria del agua genera 1.5 millones de toneladas de basura
Aunque haya ciertas zonas de España en las que el agua embotellada sea preferible a la del grifo, cuando hablamos desde un punto de vista ecológico ya no hay ningún pero: los plásticos derivados del petróleo son muy costosos de reciclar y ensucian una barbaridad. En un momento crítico en el que estamos intentando reducir el gasto en plásticos por todos los medios posibles, quizás sea el momento adecuado para comprar una botellica de cristal y empezar a usarla, reusarla y volverla a utilizar para beber agua del grifo. Fuente: ecoblognonoa
Propósito para ahora mismo
No esperes a que empiece el 2020 para proponerte cambiar tus hábitos de consumo. ¡Empieza ahora mismo! Pásate al agua del grifo. Seguro que al principio te resultará muy raro, por la diferencia de sabor, pero en unos días te acostumbrarás y habrás conseguido un win win en toda regla: has ganado tú, por el dinerito que te vas a ahorrar, y ha ganado el planeta, por la cantidad de botellas que dejarás de usar. ¡Yasss!
