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El Complejo 2D: cuando te enamoras de Bob Esponja y no eres capaz de relacionarte con personas reales

  • Sentir atracción sexual y romántica por personajes ficticios es una filia cada vez más común en las sociedades contemporáneas

  • En países como Japón ya existen diferentes casos de personas que se han casado con un avatar 3D o un personaje de un videojuego

  • Diez filias que no sabías que existían

Me dan tantas ganas de abrazarlo, darle amor, ayudarlo. Simplemente lo amo demasiado, ver cómo evoluciona al final, y puede entender que debe amarse a sí mismo para que los demás lo amen, es simplemente… Tan satisfactorio, me hace feliz, me hace realmente feliz”.

Nada hace pensar que estas palabras de una usuaria de un conocido foro de preguntas de Internet no se refieran a un ser humano, un cuerpo de carne y hueso capaz de responder emocionalmente en la misma proporción. Sin embargo, basta leer con un poco más de atención para entender que está hablando del personaje de un anime. Sufre del síndrome 2D, y no es la única.

Cuando te enamoras de un dibujo animado

En la red, con un rastreo superficial, podemos encontrar decenas de perfiles que aseguran haber sentido los signos de la atracción sexual y romántica hacia un personaje de animación. Otros refieren una historia trágica: la imposibilidad de consumar en la vida real esa conexión. Así lo explica otro usuario, cuando se refiere a Ahri, un personaje de League of Legends.

El solo hecho de pensar que no es real me parte el alma hasta el punto de llorar de impotencia todos los días. ¿Por qué nuestros sueños o deseos más puros y bellos no pueden hacerse realidad?, ¿Por qué tengo que vivir atado a una realidad en la que nunca voy a alcanzar la felicidad plena?”

Quiero acostarme con Bob Esponja

El complejo 2D, como se conoce en el internet profundo a esta filia tan particular de las sociedades contemporáneas, aglutina una serie de términos relacionados con el amor o el deseo por un personaje ficticio, generalmente, animes o mangas.

Se distinguen por el tipo de personaje por el que sentimos atracción de algún tipo: la Toonofilia (deseo por un dibujo animado), Schediafilia (atracción hacia personajes ficticios en general) o Nijikon (afecto o amor intensos hacia un personaje de anime o de manga). En muchos casos, las personas que viven estas emociones tan intensas han cruzado la barrera de la racionalidad y se han proyectado viviendo historias de amor muy reales con estos personajes. Algunas se pasan tanto tiempo atrapadas en este deseo insatisfecho hacia lo 2D que se vuelven incapaces de conectar emocionalmente en la vida real.

Esta atracción afectiva está muy ligada a otros procesos psicológicos de proyección. La anifilia, por ejemplo, se da cuando una persona se visualiza encarnando las características de un personaje concreto de un anime. Según la Wikipedia, este síndrome, cuando es grave, puede llegar a hacer que la persona que lo sufre “se haga daño solo para experimentar el dolor del personaje en el que se ‘ve’”.

La realidad supera por muchos metros de ventaja a la ficción cuando pensamos en manifestaciones reales de esta toonfilia. A veces implica deseo, sexo… y un anillo de varios miles de yenes.

En 2009, un joven de Tokio se convirtió en el primer hombre en casarse con Nene Anegasaki, un personaje del videojuego de Nintendo DS LovePLus. Aunque nunca se le dio a esta unión validez legal, este matrimonio demuestra que hay personas capaces de materializar sus anifilia en el mundo real, cueste lo que cueste.

El joven llegó a decir que su nueva mujer (y antes de eso, pareja oficial) era mucho mejor que cualquier novia que hubiera tenido hasta la fecha. En sociedades como Japón, este deseo puede materializarse a la carta. La boda de Nene Agasaki con un ser humano no fue la única unión entre persona-ser 2D del país nipón.

En 2017 se publicó Niizuma Lovely x Cation, un videojuego que permite a los usuarios mantener una relación sentimental y sexual con las protagonistas. Una experiencia completa de amor, que por supuesto incluye una parte específica dedicada a las bodas virtuales con estos personajes. Podemos visitar una iglesia y dejar que un cura virtual nos case con una ceremonia idéntica a la de un matrimonio real. La parte negativa viene con la materialización 3D del felices y comieron perdices: si queremos besar a la novia, tendremos que darle un beso a unos labios falsos sujetos a un palo que hace las veces de cuerpo carnal.