Hace tiempo se podía considerar un género alternativo, pero cada vez es más habitual que los cantantes de trap sean conocidos y reconocidos. Esto es lo que sucede con el argentino L-Gante, nombre tras el que se encuentra el artista Elián Ángel Valenzuela.
El cantante comenzó su carrera cuando solo tenía 15 años y según ha comentado en algunas entrevistas, comenzó con un micrófono barato y un ordenador del gobierno. Durante el gobierno de Kirchner se les entregó uno a cada estudiante, les dejaban quedársela si acababan sus estudios, requisito que Elián no cumplió, pero supo sacarle partido mientras lo tuvo.
En 2017 lanzó su primer sencillo y poco a poco fue publicando más canciones, que fueron sumando escuchas. Saltó a la fama en 2020 cuando lanzó L-Gante RKT, una colaboración con Papu DJ que le puso en el mapa.
Elián es un joven familiar, se convirtió en padre en septiembre de 2021 de una niña a la que llamaron Jamaica, aunque su relación con la madre ya no sigue, ahora que está en prisión preventiva a la espera de juicio por amenazas y privación de libertad a dos personas, Tamara Báez asegura que le echa de menos; L-Gante presume de su pequeña rubia de ojos azules en las redes siempre que tiene ocasión.
El cantante también tiene una relación muy cercana con su madre, de hecho se construyó una casa junto a la que compartió con ella. Claudia Valenzuela es la responsable de su apodo, tal y como ha revelado el artista. “El nombre de L-Gante me lo puso mi mamá diciéndolo irónicamente por la forma en que estaba vestido cuando me levantaba, me despertaba y me iba a grabar. Entonces, así como estaba vestido, ‘¡Qué elegancia, qué elegante!’… era todo lo contrario”.
Gracias a su madre se han podido ver algunas fotografías de cómo era el joven antes de lucir su imagen actual, un estilismo radical y atrevido en el que los tatuajes se convierten en protagonistas. Se extienden por gran parte de su cuerpo, así como su rostro, pero como es evidente, no nació con ellos puestos.
Su madre recordaba con imágenes el look del pequeño Elián, que se parecía enormemente a su hija. De cara redondeada, que se fue afilando con el tiempo, y mirada de pícaro, que todavía mantiene.
Entre los muchos tatuajes que luce en su rostro, destaca el que reza ‘ATM’, que responde a las siglas de ‘A todo ritmo’, pero también se ha tatuado el año 1961, que es cuando nació su madre. Las tres estrellas de su frente son en honor a sus tres sobrinos, “la rosa representa al dolor. Siempre digo que hay que bancarse el dolor y aprender de los malos casos, para mí representa el aguante”, explicó en Podemos Hablar, donde afirmó que tenía 22 tatuajes y que el primero se lo hizo con solo 12 años. “Mi vieja tuvo que ir a firmar porque era menor”.