Cada día aparecen nuevos términos que sirven para definir actitudes en las relaciones tóxicas. Estos son cada vez más necesarios, porque si bien la esencia no es nueva, poder tener un término para hacer referencia a ellos, facilita mucho las cosas. 

Es lo que sucede con el ghosting, un concepto que forma parte de nuestras vidas desde siempre, el famoso ‘se fue a por tabaco y nunca volvió’, aunque ahora incluye también la opción del cloaking, que esa persona no solo se marche de nuestras vidas sin dar explicaciones, sino que además te bloquee en todas las redes sociales. También con el breadcrumbing o el fishing. 

Términos, más o menos nuevos, que nos ayudan a ponerle nombre a una situación desagradable y que suele hacernos daño. Gestos y actitudes que no son del todo saludables y que suelen ser indicativo de relaciones o conductas tóxicas. 

El curving es una técnica con la que la persona que lo practica pretende evitar un rechazo directo; de hecho, se trata de un rechazo tan sutil que la persona que lo recibe no suele interpretarlo como tal. Consiste en decirle a alguien que no estás interesado, pero de tal manera que se evita hablar las cosas. 

Una señal de que alguien con quien ya has quedado previamente te está haciendo curving puede ser que tarde varios días en responderte a un mensaje, o que cuando responda nunca sea con un plan concreto, que cancele los planes de manera habitual, que siempre esté ocupado cuando le propones un plan o que siempre cambie de tema cuando surge la posibilidad de una nueva cita. 

Las personas que hacen curving a otras no dejan de contestar, pero tampoco dan una respuesta directa, responden con monosílabos, dando por finalizada la conversación, aunque nunca lo digan claramente. 

Quien lo practica evita cerrar la puerta a esa relación en el futuro, por eso está en la mano de quien lo padece, aprender a reconocerlo y ponerle fin a la situación, evitando la incertidumbre, confusión y culpa que estas situaciones suelen generar. 

Quienes practican el curving demuestran tener muy poco respeto por la persona con la que han quedado, se muestran incapaces de decir abiertamente que no están interesados y, aunque en ocasiones lo hacen para no herir a la otra persona, el resultado es el contrario. Por eso no es mala idea saber cómo dejar de quedar con una pareja después de una cita. 

Lo importante es ser amable, pero también sincero y directo, intenta no irte por las ramas y sobre todo dejar las cosas claras, evita esas sutilezas que se practican en el curving, no dejes puertas abiertas ni te vayas por las ramas. Sé firme en tu decisión y evita dar la impresión de que esta pede cambiar. 

La comunicación es clave, pero si la otra persona ha sido desagradable, recuerda que no tienes por qué dar explicaciones de más, solo sé sincero y claro con tus sentimientos.