Una vez tomada la decisión de hacer un interrail por Europa, toca organizar el viaje, algo que no siempre resulta sencillo. Hay que planificar la mejor ruta, encajar todos los horarios de los trenes que se tomarán para que el viaje sea lo más fluido y se pueda visitar todo lo que se quiere ver, pero también hay que pensar qué se lleva.
En este tipo de viajes es habitual llevar una mochila. Las maletas con ruedas son mucho más cómodas para los desplazamientos habituales, pero en interrail, donde se espera pasar tanto tiempo subiendo y bajando de transportes o caminando de un lado a otro, lo mejor es optar por una mochila. Será más práctico, se reparte mejor el peso y permite una mejor movilidad, quedando ambos brazos libres para hacer fotografías, comer o señalar cualquiera de los puntos de interés que descubramos en nuestro viaje.
Lo primero que hay que hacer es encontrar la mochila del tamaño adecuado. Habitualmente, este tipo de viajes dura entre 10 y 20 días, por lo que tendrá que tener el tamaño adecuado para ello. No hay que volverse loco, recuerda que cuanto más grande, más pesa, y habrá que llevarla a cuestas. Lo mejor es una mochila de tamaño mediano.
Una de las cosas buenas que tiene el verano es que la ropa es más ligera, por lo que puede que nos quepan más prendas. A pesar de ello, no conviene olvidarse de meter alguna prenda de abrigo, tampoco un paraguas o una funda para cubrir la mochila, en caso de que llueva, protegerá tus pertenencias.
En cualquier caso, lo mejor es no cargarse en exceso, un truco para evitarlo es buscar alojamientos que tengan opciones para lavar la ropa o que estén cerca de lavanderías, así podrás usar la misma más veces. Lavar a mano algunas prendas es también una opción, como en el caso de la ropa interior.
Conviene aprovechar el espacio, por lo que llevar artículos multiusos puede ser una buena solución, tal y como recomiendan en la web oficial. El champú puede servir también como gel de ducha o para que tus prendas queden más limpias.
Estos viajes prometen ser toda una experiencia, ver mucho mundo y dormir poco o mal, por lo que puedes poner todo de tu parte para que esto no sea así llevando tapones para los oídos o un antifaz para que no te moleste la música. Hay quien también añade un saco de tela para dormir mejor en esos lugares que no dan demasiada confianza en cuanto a la higiene.
No olvides llevar toda a documentación que necesitas, una riñonera o una segunda mochila pequeña para las cosas que necesitas tener a mano o para esas ocasiones en las que puedes dejar la mochila a buen recaudo, así como un candado. Tampoco es mala ideal llevar una batería externa y un adaptador universal, un pequeño botiquín y, por si las moscas, un costurero. No hay que volverse loco con la comida, lo mejor es acudir a algún comercio de la zona para conseguirla, sin tener que cargar con más peso del necesario.
Recuerda llevar un calzado cómodo, ropa de baño y una toalla de microfibra, protector solar y, si es posible, dejar un poco de hueco para los recuerdos que vayas incorporando a lo largo del camino.