Anclarse en el pasado no es una opción para quienes aprender y entender cómo cambia el mundo y como las personas evolucionan y lo adaptan con el tiempo. Por eso, mantenerse al día e informado se convierte en una necesidad a la hora de comprender conceptos que no siempre están claros, como puede ser la identidad de género.  

La identidad de género es la percepción que cada individuo tiene con respecto a su propio género, es personal e íntima, por lo que también es subjetiva, es decir, cada persona tiene la suya y por eso existen tantos tipos. 

La identidad de género no ha de confundirse con la orientación sexual, pero tampoco con la identidad sexual, construida por la orientación sexual, por el rol de género y por la propia identidad de género. Comprender qué es la identidad de género puede abrir un nuevo mundo de posibilidades y, para muchas personas, ayudarles a entenderse y conocerse un poco mejor, también a sentirse menos solos. 

Conviene empezar por distinguir entre sexo y género, porque no son lo mismo. El sexo está relacionado con características biológicas y el género con lo social, valores, actitudes, comportamientos… se construye en la infancia a través del ejemplo parental, pero también del refuerzo social o del lenguaje. 

La identidad de género se considera un componente psicológico y estaría relacionado con “el grado con el que cada persona se identifica como femenina o masculina o la combinación de las dos”, según explica Ana Adán, sexóloga del centro de psicoterapia Tú y yo Psicólogos LGTB, para CuidatePlus.

Siendo una percepción personal, se suele decir que existen tantas identidades de género como personas y, aunque en ocasiones parezca que vivimos en un mundo binario, donde solo existe lo masculino y lo femenino, lo cierto es que esto no es así. 

A pesar de ello, existen algunos que son más habituales que otros y que sirven para que podamos hacernos una idea, aunque también simplifiquen mucho un concepto que no es para nada sencillo. 

Las personas cisgénero (o sencillamente cis), son aquellas que se reconocen o tienen una identidad de género que concuerda con el género que les fue asignado al nacer. Las personas trans son quienes tienen una identidad de género diferente a la asignada al nacer, independientemente de su sexo biológico u orientación sexual. 

Encontramos también personas de género no binario, que son aquellos que no terminan de identificarse ni con el género femenino ni con el masculino, pero que no conviene confundir con las personas de género fluido, que son quienes se mueven entre ambos.

También existen las personas intersexuales, nacidos con características biológicas que podría situarles en cualquiera de ambos sexos. 

Queda claro que, al hablar de la identidad de género, no es buena idea quedarnos encorsetados en la idea que solo existen dos opciones. Para muchos será así, pero para otra estarán tan interrelacionadas que será imposible establecer diferencias entre una y otra o ninguna será la que se identifique con ellos. La sociedad está en continuo cambio y evolución y todavía queda mucho por aprender.