Si algo no te gusta, ¿por qué no cambiarlo? Cada vez es más habitual recurrir a técnicas con las que dejar atrás determinados complejos físicos y nos ayuden a vernos como nos gustaría.
Lo hacemos con el maquillaje, potenciando unas zonas del rostro, pero también lo hacemos con tratamientos tan frecuentes como la ortodoncia. También podemos hacerlo para esas zonas del cabello en las que notamos que escasea y, aunque no es lo más habitual, un tatuaje puede ser la solución, tal y como se puede ver en TikTok, donde la gente comienza a compartir cómo se ha tatuado la zona del flequillo, con resultados desiguales. Por suerte, esta no es la única solución.
Lo hemos escuchado en innumerables ocasiones, por ejemplo, cuando hablamos de las cejas, la micropigmentación ayuda a que se vean más densas y que parezca que tienen un mayor volumen, logrando el look que buscamos. En el caso de la calvicie no tiene por qué ser diferente, se pueden emplear técnicas similares para lograrlo.
La pérdida de cabello supone un gran complejo para quien la experimenta, no solo por el aspecto físico, también en el plano emocional, porque implica que nos hacemos mayores. Esto puede llevar a algunas personas incluso a sentirse mal consigo mismos o padecer depresión.
Raparse la cabeza es una de las técnicas más habituales, eliminando el resto del pelo, se elimina también el problema, consiguiendo un aspecto más uniforme, además, se ahorra bastante tiempo por la mañana porque no hace falta peinarse. Tiene algunos inconvenientes, por ejemplo, es necesario un mantenimiento constante, así como tener un cuidado especial con el sol.
Quienes quieran llevar el pelo de este modo pueden optar por la micropigmentación de cuerpo cabelludo, una técnica parecida a la de los tatuajes y que hace que el aspecto de la cabeza sea más uniforme, que parezca que el volumen es mayor. Tatuarse la cabeza es una decisión que hay que ponderar y, sobre todo, saber escoger quien lo hace, porque de otra forma podemos llegar a arrepentirnos.
Existen algunos tatuajes temporales que pueden nos pueden ayudar a hacernos una idea de cómo luciría, si se busca algo más arriesgado. Por ejemplo, los tatuajes de baby hair se han convertido casi en habituales, con resultados bastante satisfactorios.
Si bien todos somos conscientes de que no hay nada de malo en tener entradas, también sabemos que los complejos son irracionales y no se puede evitar ese sentimiento, por lo que no es raro que, quien las tenga, intente disimularlas. Además de apostar por el tatuaje de flequillo, existen otras muchas técnicas, más tradicionales, para esconderlas.
Encontrar el peinado adecuado es también una técnica habitual, en la que no es mala idea embarcar a tu peluquero habitual. Se pueden aprender algunos consejos para peinarse disimulando las entradas, buscando la impresión de que se tiene más pelo, como dejándolo un poco más largo y peinarlo hacia arriba.