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El secreto de los anuncios de la Super Bowl: estos son los mejores de toda la historia

Imagínate que tienes treinta segundos, un minuto como mucho, para alcanzar la retina de millones de espectadores y convencerles de que consuman lo que sea que les vendes, una idea de felicidad y éxito, una lavadora o un laxante. Imagina lo que tendrías que pagar por ello. Ya te lo decimos nosotros: mucho, muchísimo, tanto que seguramente ese espacio solo esté reservado a una gran corporación.

Cómo no, hablamos de la Super Bowl, uno de esos eventos que trascienden la cita deportiva y se han convertido en el escaparate más exclusivo de las estrellas de la música y las marcas, obsesionadas con sacarle rédito a ese breve espacio publicitario. El minuto de oro del evento, pero es que además ha regalado a la historia algunos de los mejores anuncios publicitarios jamás creados.

Estos son algunos.

Apple (1984)

Es incuestionable: este spot parece más retro y vintage que otra cosa, pero que en su día causó un gran revuelo al proponer una sociedad mecánica de aires orwellianos que se rendía ante la llegada de un avance tecnológico sin parangón. De la hipervigilancia del estado totalitario a la libertad por la vía del gadget: el Macintosh que viene a salvarnos del Gran Hermano.

Snickers (2010)

Un sencillo recurso visual es la excusa para hacer un anuncio que roza la maestría. Al principio, vemos a una Betty White anciana jugando un partido amateur de rugby y recibiendo varios placajes que duelen. El entrenador del asunto impreca a uno de sus jugadores y le dice que está jugando peor que Betty White. Betty White se toma su snickers de rigor (‘No eres tú cuando tienes hambre’) y se transforma en el verdadero Brian, un chaval sonriente que solo necesitaba chocolatina de la marca para recuperar la energía.

Volswagen (2011)

Un Darth Vader en miniatura prueba a usar la fuerza con una cinta de correr, una lavadora, una muñeca y un perro (que, a juzgar por su mirada, ignora al crío, o bien está pensando en aparearse con su pierna). Por un breve lapso de tiempo, el chaval acaba deprimido ante la imposibilidad de aplicar la fuerza jedi a los objetos de su entorno más íntimo, pero llega su padre en el coche y… Lo que pasó a continuación no te sorprenderá, pero te hará sonreír ante la evidencia: es un anuncio perfecto.

Go Daddy (2013)

Cosificar a dos personas en función de su supuesta inteligencia y su cuerpo no parece la mejor idea en los tiempos que corren, pero esto es precisamente lo que hizo la empresa Go Daddy para su polémico spot. Bajo el argumento de que su servicio de hosting era sexy e inteligente a la vez, pusieron a besarse en pantalla a la modelo Bar Refaeli y a Walter The Nerd. Un instante de hacer el delicioso que ahora produce algo cercano al cringe y a la incomodidad violenta. ¿Metáfora pedorra o spot genial?

Reebok (2003)

Combinar los conceptos “oficina gris” y “placaje de quaterbark” puede salirte muy mal o muy bien para comunicar tu mensaje. En este spot, el jugador de la NFL Lester Speight, enviado por Reebok, es el instrumento que utiliza una empresa ficticia para motivar a sus empleados a través del placaje violento y del grito motivacional que roza el absurdo. Un anuncio hilarante y, justo es decirlo, con un punto incómodo, en este capitalismo que nos exige la devoción y entrega absoluta al trabajo a costa de perder la salud mental.

High Life (2009)

El ingenio del equipo creativo detrás de este anuncio superó a spots con producciones infinitamente más caras y complicadas de rodar. ¿Qué puedes hacer si quieres aparecer en el descanso de la Superbowl pero no tienes dinero suficiente para costearte el espacio publicitario? Hacer un anuncio de 1 solo segundo que obligue a millones de espectadores boquiabiertos a visitar tu página web y averiguar qué es lo que vendes.

Mcdonalds (1993)

Larry Bird y Michael Jordan se apuestan un Big Mac con patatas fritas haciendo lo que mejor saben hacer: encestar y llevar el nivel de coolness a su punto más alto.

Mountain Dew

Como en El Resplandor y una de sus míticas secuencias, Brian Cranston revienta a hachazos la puerta del baño donde se esconde un trasunto de Shelley Duvall y le ofrece una bebida con 0% azúcar.

Old Spice

El recurso del gag humorístico encadenado hasta el absurdo es muy apreciado en los descansos de la Super Bowl. Sus spots más famosos suelen tirar de ese tono para presentar sus productos a una audiencia que ya sabe que ese es el momento preciso de ciertas empresas para crear spots memorables.

“Hola, damas. Miren a su hombre. Ahora mírenme a mí. Miren a su hombre. Ahora mírenme a mí”, comenzaba diciendo el galán del spot, para después recordarle a una audiencia que utilizar Old Spice puede convertir a una olla de canelones podrida en un hombre atractivo que huele a lo que sea que huelen los sueños, viene de visita encima de un caballo blanco y maneja una tarjeta de crédito con ganas de ser exprimida.