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Rosalía y Belén Esteban: así nació la amistad entre la gran Motomami y la princesa del pueblo

Gusta un salseo a principios de septiembre, para qué nos vamos a engañar. Este último año, con Rosalía todo ha sido especulación, futurología, rumores de próximas colaboraciones y un sinfín de migas de pan mediático que nos han dado una breve paz antes de volver a tener hambre. Hemos visto de todo en la progresión geométrica imparable de su carrera, desde romances secretos que han acabado saliendo a la luz a ‘personalidades’ que públicamente confiesan ser sus fans. 

Ciertamente, nadie vio venir ese crossover con una diva del corazón y el meme como Belén Esteban, pero ahí está la reina de Sálvame y su defensa incondicional de la creadora de El mal querer. Esteban ha confesado ya varias veces en distintos platós de televisión que es una auténtica motomami fan de la catalana (su hija, la que nunca se comió el pollo a principios de los 2000, adora luciferinamente a Justin Bieber, un detalle que marca un salto inverso entre generaciones). 

Belén Esteban, según cuentan, va a todos los conciertos de Rosalía, entra en el camerino cuando le place y, a la luz de las pruebas, es más que evidente que ambas mantienen una amistad a prueba de miradas escépticas. 

¿Cómo nació el cariño que se tienen?

Los inicios 

Para entender la amistad entre la princesa del pueblo y la motomami reina hay que remontarse a la época en la que Rosalía empezaba a mezclar flamenco, electrónica y tantos otros géneros a placer. Esta manera fresca y revolucionaria de derribar la puerta de la industria musical no fue bien acogida por los puristas de la apropiación cultural y, en general, la nutrida legión de haters con la que cuenta internet. 

No había medias tintas en las críticas, poético furiosas, boomers, empapadas de bilis en muchos casos. En ese contexto también surgieron voces de apoyo como la de Belén Esteban. La princesa del pueblo, reina absoluta del sálvame, creadora natural de memes para mayor gloria de Twitter, defendió desde el principio a Rosalía con argumentos contundentes.

Hace relativamente poco, durante una entrevista en el podcast Menudo Cuadro, la colaboradora de Sálvame reveló por sorpresa cómo había empezado de verdad su amistad con la catalana. "A Rosalía la quiero muchísimo. Siempre he sido muy fan suya”, explicó. “Recuerdo que un día en 'Socialité' salió un crítico poniéndola fina y me sentí muy indignada. Ella me dio las gracias por Instagram y empezamos a hablar por ahí".

Según dio a entender Esteban, esa amistad fructificó de la mejor forma, y hasta llegó a conocer a la familia de Rosalía en persona. Su entorno la recibió estupendamente. "Ella, su hermana y su madre se han portado fenomenal conmigo siempre. No somos íntimas, pero nos tenemos un cariño mutuo. La admiro mucho". Cuando alguien está dispuesto a presentarte a su familia y sentarte a la cena de nochebuena para escuchar a sus tíos de provincias loar a VOX y a los chalecos de caza mayor, es que ese afecto pasa la prueba del algodón. 

Todas las fotografías juntas

De esta amistad fuerte entre las dos ya hay varias pruebas gráficas, como la visita de Belén Esteban al palco del Wizink Center durante el Motomami Tour (es ya una habitual en los camerinos de Rosalía en sus conciertos) o la fotografía que corrió como la pólvora en Twitter hace ya algunos meses. En ella pudimos ver a Rosalía y a Belén abrazadas y sonriendo a la cámara; al lado, un emocionado Pedro Almodóvar. Nuestras dos Españas, la intelectual y la gossipera y circense, unidas. Lo que la motomami ha unido, que no lo separe el hombre.

Es verdad que la imagen de los tres trajo cola en Twitter y otras redes sociales. Cierto sector purista tuitero se enfureció cuando Esteban publicó esa misma fotografía recortada en su cuenta de Instagram, sacando a Almodóvar del plano y dejando solo el trozo de instantánea en el que salía con Rosalía. Unas cuantas risas, unos cuantos memes y unos cuantos tuiteros cabreados por polémicas estériles siempre son un buen entretenimiento para estos futuros meses de inflación disparada y gas a precio de sangre de unicornio.