Nos acabamos de hacer veganos. Ni que fuera la primera vez que vemos un vídeo asqueroso por internet, ¡si hasta nos reímos con el 'Cockroach Challenge'! ¡Y eso que iba de ponerse cucarachas vivas en la cara!

Pero esto ya supera los límites de nuestro umbral del asco. El pollo zombie nos ha hecho plantearnos muchas cosas. En el vídeo puede verse una cocina en la que alguien ha dejado varias piezas de pollo listas para trocear y cocinar sobre un plato. De repente, una de las partes de ese pollo cobra vida y salta al suelo. Hasta la mujer que iba a cocinarlo se sorprende y se pone a gritar.

Nunca habíamos visto nada igual. Por eso este vídeo se ha hecho viral y ha dado la vuelta al mundo gracias, sobre todo, a los medios de comunicación que lo han convertido en noticia.

Sin embargo, en internet, si no todo, la mayoría de las cosas tienen truqui. Según ha informado El Español, el vídeo del pollo zombie esconde más de un secreto. Para empezar, el tal Rie Phillips que compartió el vídeo en Facebook el pasao 10 de julio y al que se atribuye su autoría habría 'robado' las imágenes del Youtube de una usuaria asiática, que lo subió anteriormente.

Pero el verdadero engaño de este vídeo es que no se trata de un pollo. Y, por supuesto, no es un pollo zombie que ha revivido para vengar su muerte. ¡Sino de una rana! Aunque el cambio de animal no le resta asquerosismo, pero bueno.

El vídeo ha creado tanto impacto que hay muchísimas teorías sobre qué narices estaba pasando ahí. La teoría más acertada podría ser la que explica que esa carne no pertenece a un pollo, sino a una rana que ha sido despellejada para preparar un plato típico de la cocina asiática, el sashimi de rana, o rana cruda.

La rana acaba de morir y su sistema nervioso ha sufrido una reacción post mortem quizás provocada por por el ion sódico presente en la salsa de soja con la que se cocina. Son muchos los animales que presentan espasmos después de la muerte. También puede pasar entre los seres humanos.

Sin embargo, en el vídeo podría parecer que el animal quiere escapar de la muerte, quiere huir para no ser cocinado, no se mueve sin más. Así que, quizás, y en el fondo, se trate de un montaje... ¡aterrador!