Ojo, los platos sucios pueden acabar con tu relación de pareja

La convivencia es la mejor prueba de fuego para amigos que comparten piso o para las parejas. Bueno, la convivencia y sobre todo la limpieza. Ahí está la madre del cordero y el origen de todos los posibles roces que pueda haber: en quitar los pelos de la ducha, hacer el baño, encargarse de la compra, aspirar las pelusas que se acumulan en el pasillo, esa rutina del día a día. Esto no es nuevo aunque sí que acabamos de descubrir que, de todas esas tareas domésticas la que más pupita hace, sobre todo a las relaciones de pareja, es lavar los platos sucios.

Un informe del Consejo de Familias Contemporáneas (CCF), una organización sin ánimo de lucro que estudia las dinámicas familiares, sugiere que la solución a la respuesta "¿quién va a lavar los platos sucios?" puede tener un impacto significativo en la duración y el estado de una relación. Increíble pero cierto. El estudio ha examinado todas estas tareas (hacer la compra, lavandería, limpiar la casa, etc.) y ha revelado que, para las mujeres con relaciones heterosexuales es más importante compartir lavar los platos que cualquier otra tarea. Tanto es así que, las mujeres que lavan la mayoría de veces los platos están menos satisfechas en su relación e incluso tienen peores relaciones sexuales si se compara con las parejas en las que los dos lavan los platos por igual. Vamos a ver queridos amigos: ¡esto NO PUEDE SER!

Pero es que todavía hay más: dice el informe de la CCF que los hombres han ido asumiendo más tareas domésticas en las últimas décadas (realizan un promedio de 4 horas a la semana en comparación a las 2 que hacían en 1965, sí la cifra sigue siendo un poco ridícula). En cuanto al lavado de platos es en realidad una de las tareas más frecuentes entre las parejas y que se ha asumido poco por parte de ellos: entre 1999 y 2006 este reparto solo aumentó del 16 al 29%.

The Atlantic ha hablado con uno de los profesores asistentes de la Universidad de Utah que ha liderado este estudio, Dan Carlson, y ha señalado varias razones que causan resentimiento en la pareja a causa de esta tarea: La primera es que da bastante asquito hacerlo, la segunda es que no te felicitan por ello como lo harían por ejemplo al hacer la cena y por último, algo importantísimo: las mujeres son las que más “se ensucian” con tareas que implican limpiar a alguien más como por ejemplo lavar la ropa, el baño, los platos mientras que los hombres sacan la basura, lavan el coche, cortan el césped… Tareas que requieren la suciedad diaria de otra persona.

LA SOLUCIÓN

Según Carlson, las parejas que comparten las responsabilidades de lavado de platos parecen tener mejor relación y eso puede deberse al trabajo en equipo a la hora de dividir quehaceres tipo "tú cocinas y yo friego", "tu friegas y yo seco", etc.

Y si no... ¡bendito lavavajillas!