Mario Pávez nació en Chile en 1974 y actualmente vive en Madrid. Compagina su carrera artística con la de docente. Se declara un enamorado de la juventud, a la que suele representar en sus pinturas con composiciones recargadas, barrocas, e impresionantes, pero, sobre todo, totalmente actuales.
En los tiempos que corren, que vamos siempre con prisa como si fuéramos el conejo blanco de 'Alicia en el País de las Maravillas', y que si queremos ver #art buscamos la etiqueta en Instagram y nos hartamos a mirar las creaciones de miles de artistas alrededor del mundo, parece mentira que todavía existan los pintores.
Pintores, como Velázquez y como Goya, que se sientan en su estudio y le dedican horas y horas y días y años a una sola obra. Esa fue la primera pregunta que se me vino a la cabeza cuando encontré por casualidad, rebuscando en Internet, las obras de Mario Pávez. Su estilo me parecía tan "complicado" (bien de Barroco) que no me podía creer que todavía existiese alguien como él.
¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI aún haya pintores? El mismo Mario me comentó que la pintura siempre había sido una superviviente, y que ha pasado épocas peores, como el final del siglo XIX, cuando apareció la fotografía y la pintura perdió gran parte de su sentido. "La pintura tiene un ritmo muy lento, pero creo que aún así se mantiene vigente, quizás porque vive en un su propio espacio, en un tiempo detenido."Pero, ¿cuánto tiempo le puede llevar a un pintor, realmente, terminar un cuadro, desde que tiene la idea hasta que da la última pincelada? "Casi siempre estoy pintando más de una pintura a la vez, pero termino una todos los meses, por lo menos".
Ahora que volvemos a vivir otra revolución fotográfica, que cualquier persona tiene la capacidad de hacer cuantas más fotos, mejor, con su teléfono móvil y estamos acostumbrados a ponerle un filtrito a nuestros selfies, sorprende esta vuelta a la pintura realista, es decir, aquella que persigue plasmar la realidad de la forma más fiel posible. O eso es lo que nos contaron en el insti, porque Mario me comenta que "el Realismo también es una farsa presentada de forma que parezca natural. Cuando comencé [a pintar] salí a encontrar las composiciones a la calle de forma natural, como si fuera un cazador de imágenes o reportero, pero a poco andar me di cuenta de que era mejor hacerlo todo controlado en el estudio. El truco, me imagino, es que quede fresco. El arte es una puesta en escena. No sé si el realismo es imprescindible, pero se diferencia de la sociedad idealizada de las redes sociales en que no se interesa solo por mostrar la cara bella de las cosas o una vida ideal, sino que también por nuestros defectos, lo feo, y lo vulgar".
La mayoría de sus composiciones están protagonizadas por gente joven en actitudes cotidianas: tomar una cerveza, bailar en un bar, mirar el móvil... "De la juventud me enamora la esperanza, fuerza, rebeldía, las ganas de emprender proyectos y arriesgarse. De la juventud actual, la forma desinhibida con la que se relaciona con la imagen y la creciente apropiación del cuerpo".
Después de ver sus cuadros, lo que más me interesa saber es qué ambientes frecuenta Mario, qué bares le inspiran, qué tipo de personajes llaman su atención. "Me inspiran los ambientes recargados, barrocos, que tengan una irregularidad y un desorden. Cuando salgo a buscar locaciones para incorporar a los cuadros voy como un turista voyeur, recorriendo muchos rincones de Madrid, sobre todo de noche. Hay días, cuando estoy entusiasmado, que a todo el mundo lo veo en mis cuadros, me enamoran todos. Me voy quedando con aquellos personajes que me gustan y que respetan el arte, y con la gente con buen rollo. Creo que eso se termina notando en la personalidad que transmiten a la hora de posar para un cuadro".
¡Guau! Ser modelo de un pintor... ¡suena tan anacrónico... pero tan romántico! No puedo evitar pensar en mí misma posando para un gran artista como Mario Pávez. Si ya mola que te saquen una buena foto, subirla a tu Instagarm, y llenarte los bolsillos con bien de likes... ¡imagínate estar en un cuadro! Eso es lo que sigue diferenciando a la pintura de la nueva fotografía de "usar y tirar": que una pintura es para siempre.
Todas las imágenes han sido cedidas por Mario Pávez.