No es fácil ser perro. Hay varios estudios que han comparado la inteligencia canina con la humana, llegando a conclusiones como que los perretes tienen las mismas habilidades sociocognitivas que un niño de entre seis y veinticuatro meses.

Veinticuatro meses son dos años, no es tan difícil.

La cosa es que engañar a un niño pequeño (por las risas, sin malicia) y engañar a un perro es bastante sencillo. Y, sinceramente, nos encanta. ¿Quién no le ha hecho alguna vez a un perrillo lo de hacer como que le tiras el palo y escondértelo detrás de la espalda? ¿O lo de "arrancarle" la nariz a un niño haciéndole creer que tu dedo gordo es su pequeña naricita?

Si engañar a tu mascota (o a tu bebé) ya es divertido, que se "engañen" o se confundan ellos solos nos parece digno de fiesta y celebración. (Y si son los perretes los que te engañan a ti, ni te cuento). Es muy fácil encontrar en las redes vídeos de niños enfrentándose por primera vez a ciertas cosas que para nosotros son de lo más cotidianas.

Y vídeos de animalitos intentando resolver pequeños problemas también hay a montones. Pero da igual la cantidad de vídeos de bebés y mascotas confundidos ante los pormenores de la vida que hayamos visto. Nunca son suficientes. Por eso creíamos supernecesario compartir este vídeo de un perro que quiere beber agua pero se cree que la sombra del chorro es el chorro mismo y acaba chupando la pared.

¡A ver, es que a las sombras las carga el diablo! Ni que fuera la primera vez que los adultos, con nuestra inteligencia de niños de treinta años, nos quedamos un poco WTF al ver un juego de sombras que nos confunde.

Por cierto que la cuenta de Paul Bronks, la persona que subió el vídeo del perrete que quería agua pero no se veía saciado, es una maravillosa recopilación de animalitos siendo muy graciosos sin ellos pretenderlo.