No, no es una chorrada que hacen los jóvenes ahora porque este movimiento anticonsumista y ecologista tiene su origen en 1990. El objetivo de los freegans es luchar contra el consumo, sobre todo contra el desperdicio de recursos. Se considera a Adam Weissman, un estadounidense, el fundador de este movimiento. Él hizo surgir esta filosofía de vida como respuesta a la cultura occidental, su excesiva industrialización y la cantidad de residuos que genera.

Con el paso del tiempo el movimiento ha ido adquiriendo cierta relevancia en grandes ciudades como Nueva York o Londres, donde existen grupos de personas organizadas que se dedican a buscar entre la basura de restaurantes y supermercados alimentos que todavía puedan ser de utilidad. Afirman que rescatan la comida de la basura como acción política, no por necesidad. Los friganos asumen las responsabilidades del impacto ecológico de nuestra sociedad y tratan de frenarlo. Es una filosofía de vida.

Aunque la palabra "vegan" forma parte del nombre que adoptó este movimiento, realmente estas personas no son veganos, tal y como conocemos a los veganos estrictos, esas personas que rechazan consumir productos y servicios en los que haya intervenido algún animal. Los veganos, a diferencia de los vegetarianos, no toman leche, huevos, miel... y tampoco consumen cosméticos o cremas que hayan sido probadas en animales ni ropa y calzado de piel o que haya pasado por procesos muy industrializados.

Sin emabrgo, los friganos son, más o menos, veganos por necesidad, ya que viviendo de residuos es mucho más difícil acceder a carnes y pescados. De hecho, la "moda" de los huertos urbanos surge de los friganos, que también aprovechan espacios en desuso de las ciudades para producir su propia comida (vegetales y fruta principalmente, de ahí que sean veganos por necesidad) Los freegans no prohíben el acceso a comida de origen animal, siempre y cuando no hayan pagado por ella. Entra aquí en conflicto la lucha por la sobrexplotación animal y la muerte del animal en vano: prefieren comerlo antes que desperdiciarlo.

Los friganos a veces tienen problema con la policía. En Madrid, por ejemplo, existen multas para personas que busquen comida en la basura. Alimentarse a partir de productos desperdiciados es aún un tabú en occidente y se percibe socialmente como algo malo, cuando, según los friganos, reaprovechar todo lo que se desperdicia podría tener un impacto muy bueno a nivel social y ecológico. Es otra forma de reciclaje.

"Trabajan" de noche. Cuando los restaurantes y los grandes supermercados cierran, los friganos salen a la calle. En algunas ciudades tienen grupos organizados para poder salir a recuperar comida juntos. Podría parecer una locura, que no necesitamos rebuscar entre la basura para alimentarnos, pero los friganos no lo hacen por no tener dinero, sino para reducir la cantidad de residuos que generamos en occidente, que ya es un problema crucial.

En Yasss os dimos una serie de consejos para reducir la cantidad de plástico que consumimos a diario. Los friganos luchan para que se deje de desperdiciar comida, aunque realmente lo que persiguen es que se deje de producir tanta comida, ya que gran parte de ella acaba en la basura. Solo en España se tiran 7,7 millones de toneladas de comida al año. ¿Cuánta gente podría alimentarse con eso? O, mejor, ¿cómo sería el mundo si no se produjeran excesos de 7,7 millones de comida? ¿Habría menos contaminación? ¿Los precios de la comida serían más bajos? Los friganos animan a pensar sobre esto y sin duda son reflexiones que deberíamos empezar a hacer.