La imagen que vas a ver ni es un gif ni está trucada: solo es una ilusión óptica. Este tipo de imágenes son muy divertidas, primero, porque flipas, y segundo, porque descubres cómo tu cerebro te está engañando.
Nuestra cabecita está recibiendo constantemente un montón de información. No habría gigas en el mundo para medirlo. Así que tu cerebro, que es muy listo y muy válido, selecciona y se centra solo en algunas cosas haciendo que otras te pasen completamente desapercibidas.
Es decir, cuando miramos, percibimos la realidad de manera distorsionada. Lo que vemos no es realmente todo lo que está ahí, es lo que tu cerebro ha considerado que es relevante. Esto lo saben todos los investigadores, por eso algunos de ellos han creado algunos ejercicios que demuestran cómo nuestra visión a veces nos juega malas pasadas o cómo el contexto influye en aquello que acapara nuestra atención sin que nos demos cuenta.
Esta es la imagen de la que hablábamos: el murciélago que crece. Mira fijamente al murciélago del centro y... ¿qué pasa? Que parece que aumenta de tamaño o incluso que mueve sus alas.
Tus ojos están enfrentándose a algo "excepcional" para ellos, por eso sientes que te mareas cuando lo miras, porque están trabajando más para entender qué c*ño está pasando ahí.
Lo que está pasando es que tienes la sensación de que una imagen estática está en movimiento por el fondo sobre el que está dibujada. Debido a los contrastes de color y a las rayas que lo atraviesan, tu percibes que la imagen se hace más grande y más pequeña, aunque, como te dijimos, esto no es un gif. El murciélago no se está moviendo. ¿O sí?