Salir, beber, lo mismo de siempre, puede no ser una buena idea. Porque cuando, después de una larga semana de trabajo, o al acabar los exámenes o un duro entreno, uno se da una buena fiesta, puede desfogar tanto que la noche termine como el 'rosario de la aurora'. Ese pero qué hice ayer es lo que ha querido reflejar @eballester en la broma que ha publicado con mucha afinidad y que se ha hecho viral en Twitter, sin que nos quede claro si es un troleo o es real.

Para mostrar el arrepentimiento al que se puede llegar tras una borrachera, este usuario ha compartido el diseño de una camisa -más-hortera-imposible y ha escrito: "La camisa que compré borracho anoche. Parecía una buena idea". Así, se burla del estampado que simula el típico cartel de helados que hay en todos los kioskos, en este caso, de la marca latinoamericana Eskimo.

No falta ni uno: Cornetto, Magnum, Calipo, tarrinas de sabores y hasta el famoso Pirulo, cuya campaña publicitaria ha sido calificada a años vista como un mal ejemplo de machismo y misoginia. Hoy en día, ninguna televisión emitiría un anuncio en el que una mujer adulta (y sexualizada) se acerca a un niño en la playa para pedirle que le deje probar su helado, pero en los '90, no existía esta conciencia colectiva.

El resto de los usuarios de Twitter cogieron el guante de la publicación de @eballester y también hicieron una lista de las peores compras que se pueden hacer estando ebrio: una caja de música de la sintonía de The Office, un máquina de gimnasia de Chuck Norris, o media discografía de José Luis Perales, son algunas de ellas. Aunque, para otros modernos, esta camisa es ideal para ir a festivales y ser el alma de la pista.