En asuntos medioambientales, están los que siguen con sus dinámicas depredadoras de siempre y los que han cambiado el chip y miran su propio consumo con otros ojos más críticos. No hay más.
Si, por suerte, eres esas personas que ya ha iniciado su transición hacia la vida eco-friendly y ya reciclas con conciencia y reutilizas todo lo que puedes para darle una segunda vida, te habrás preguntado si todavía puedes hacer más de lo que haces. La respuesta es sí.
Te hablamos del material escolar ecológico ahora que las clases han empezado otra vez.
Con el comienzo de las clases es momento de preparar esta transición hacia actitudes más amables con el medio ambiente, y esto implica organizar el material escolar que vas a necesitar en el colegio o en la universidad. Precisamente ahora es más importante tener en cuenta la conciencia medioambiental y elegir aquellas cosas con las que vas a trabajar durante el curso. El origen de sus materiales, si han sido fabricadas de forma sostenible, si pueden reciclarse satisfactoriamente y cuántas necesitas realmente o son capricho acumulativo.
Este primer paso es el más importante. Utilizar estas cosas con conciencia del proceso que ese bolígrafo o esa hoja de color han seguido hasta llegar a ti.
Razón de más para aplicar las tres R en un contexto práctico como es la vuelta al cole o a la universidad. Esto es lo que debes grabarte a fuego: reducir la cantidad de material escolar que utilizas, reutilizar lo que tengas de años anteriores, y reciclar una vez vayas a deshacerte del material del año anterior porque se ha gastado.
Aspecto fundamental es el de los libros: donar los tuyos y heredar los de otros estudiantes en lugar de seguir contribuyendo a la rueda desmedida (de la que las editoriales se aprovechan con los precios que le ponen a sus tiradas) es un muy buen avance para crecer en conciencia ecológica. Las AMPA lo hacen en los colegios desde hace mucho, y en la universidad seguro que existen formas de trueque a las que podrías sumarte sin mucho esfuerzo.
Para que no te timen con la composición de los productos y el proceso con el que se han fabricado te conviene acudir a fuentes fiables. En primer lugar, en las etiquetas suele glosarse el contenido con que han sido hechos tus bolígrafos, carpetas, subrayadores, etc. Las etiquetas ecológicas llevan siglas del tipo FSC o PFEC, y esto te dará una pista para saber si provienen de bosques gestionados de forma sostenible; también necesitas fijarte en la existencia de certificados tipo ISO o EMAS. Con el papel deberías buscar que haya sido blanqueado sin compuestos de cloro.
No es tan habitual encontrar un vendedor que pueda informarte con claridad sobre cómo de ecológicos son los productos que estás comprando, pero haberlos, haylos. Otra opción es internet: páginas como Green Habit o Ecomarket pueden orientarte sobre material escolar ecológico y cómo adquirirlos.
Con la creciente conciencia medioambiental ya hay muchas marcas que se han puesto las pilas y ofrecen líneas de productos ‘verdes’ hechos con material reciclado, que además siguen estándares medioambientales estrictos. Esto tiene la ventaja de que puedes comprar estos productos en puntos de venta habituales sin romperte mucho la cabeza para encontrarlos.
La marca Oxford ya tiene muchos cuadernos de papel reciclados, Bic ha potenciado en los últimos años su línea ‘Ecolutions’, con materiales libres de PVC (cartón, madera), Edding tiene ya rotuladores recargables, Faber Castell o Stabilo fabrican sus líneas de material artístico con la etiqueta FSC. Pilot, por su parte, tiene el bolígrafo B2p, de plástico reciclado y recargable. Existen también marcas que fabrican agendas ‘veganas’ de piel sintética.
Marcas eco más estrictas son Okonorm (bolígrafos), Skiphop y Dakine (mochilas sin el contaminante BPA y mochilas fabricadas a partir de botellas de agua de plástico reciclable, respectivamente), Kleen Kanteen (botellas para beber durante tus clases) y NawaRo (pinturas hechas de materiales naturales). Hay muchas más.