Ya no es tan fácil mantener la atención en un párrafo de una novela, un examen de la universidad o incluso la serie de moda. El mundo se atomiza y cada vez nos cuesta más mantenernos concentrados en cualquier tarea. Nuestro cerebro recibe cada día millones de balas de fogueo digital, inputs, datos inútiles, memes y bits, y así, a ver quién es el listo que se desintoxica del móvil.

Tiempos de dispersión exigen medidas de contención, y no es un pareado a la ligera. Con millones de personas perdiendo la capacidad de concentración a marchas forzadas, el mundo de las apps de productividad se ha revitalizado en los últimos cinco años con diversas opciones para el usuario que quiera acabar con la procastinación de una vez por todas, recuperar neuronas y aplicar toda esa energía mental a cualquier tarea que le requiera un mínimo de atención. Entre las más populares está Forest, que muchos usuarios han adoptado con su preferida con su peculiar sistema de gamificación y su compromiso con el medio ambiente.

Te contamos un poco más sobre ella.

Si lo tuyo es distraerte con el vuelo de una mosca, mecerte en ensoñaciones y desatender tus tareas, Forest quizá pueda darte lo que andas buscando. Te dará una colleja, más bien; impondrá un muro; hará crecer un bosque entre tu teléfono y tu tú; y tu vicio de consultar las redes sociales cada treinta segundos. Está construida como un bosque. Cada usuario dispone de una parcela con muchas casillas para hacerse su propio jardín del edén y pellizcarse de gusto cada vez que consigue evitar los vicios de la distracción y el árbol crece sano. Más sencillo que el vuelo de una mosca: cada sesión de trabajo, de estudio (unidades de productividad) es un árbol que se planta.

Forest ha sido diseñada por maravillosos torturadores emocionales, así que la gracia está en cómo juega con tus sentimientos. El árbol que hayamos escogido estará sano durante la sesión de trabajo. Crecerá, por así decirlo. Adquirirá entidad. Si por algún motivo nos distraemos, es decir, abrimos una aplicación o una página web que nos robe la atención (Facebook, Messenger, WhatsApp, Twitter, Instagram) la aplicación nos avisará con una alerta de que estamos a punto de matar al árbol. Arbolito muerto, corazón tocado. Tortura otra vez: los árboles caídos en desgracia por nuestras distracciones también aparecerán en nuestro bosque como la marca indeleble de nuestra mala cabeza, y para borrarlos y dejar pristino y despejada nuestra foresta, también hay que pasar por caja (dinero digital, no preocuparse)

La cosa, por lo que parece, funciona, a juzgar por las estadísticas. Cada árbol plantado con éxito nos da monedas, que podemos ahorrar hasta tener suficientes para adquirir nuevas especies de árboles. Veinte minutos de concentración dan, aproximadamente, cinco monedas.

La versión de pago es ese harén en el que todas las funcionalidades habituales de la aplicación se ven potenciadas y aumentadas. Por ejemplo, el usuario de pago se librará de forma permanente de la publicidad y podrá acceder a opciones como la llamada ‘sala de estudio’. Además, la versión de pago ofrece al forester monedas extra para poder adquirir árboles nuevos para su jardín.

Lo primero que hay que tener en cuenta en la app es su versatilidad. El usuario decide el tiempo que quiere estar concentrado en una rueda medidora que puede cambiar cuando quiera, con un máximo de dos horas en la versión gratuita (la de pago no tiene límite de tiempo).

Visualmente Forest es muy agradable, con una interfaz sencilla. La actividad principal se realiza en el hub central, con la barra medidora de tiempo y el árbol que vayamos a plantar. En la barra lateral, el usuario puede acceder a su bosque, con su propia interfaz. En esta barra lateral también encontramos la línea cronológica, que detalla los hitos, los árboles que ha adquirido el usuario, y cuándo los ha plantado; los amigos (aquellos usuarios con los que queremos compartir bosque), la casilla de logros o la tienda, para adquirir nuevos árboles con las monedas que obtenemos al plantar árboles, arbustos y flores en el jardín satisfactoriamente.

Forest podría considerarse otra aplicación más si no fuera por el pequeño twist en favor del medio ambiente que anima a sus usuarios a concentrarse y plantar su jardín y su bosque por una buena causa. La empresa creadora colabora con la oenegé Trees For The Future, que enfoca su labor en la repoblación forestal.

Cientos de miles de árboles reales ya han sido plantados gracias a la labor productiva de sus usuarios, que con sus monedas se suman a una de las funciones de la app con peso en el mundo real. Cada cinco mil monedas que dones, Forest iniciará el proceso de plantar un árbol real en uno de esos bosques deforestados.