Si lo que te estás preguntando es si puedes hacer más para la sostenibilidad del medio ambiente y para mejorar tus hábitos de reciclaje, la respuesta es afirmativa. Baste un ejemplo: la reutilización de productos de cocina uso diario es uno de los terrenos en los que más desperdiciamos las posibilidades de unos buenos hábitos ecológicos, y en concreto, el aceite de cocina usado es un básico del reciclaje casero que tienes aún por descubrir.
Te contamos cómo reciclarlo de forma correcta.
No vivimos ya en una época en la que el cuidado del medio ambiente deba ser cosa de cuatro pirados con túnicas blancas que van gritando ‘salvemos a las ballenas’ y cortan los plásticos de las latas de cerveza para que no se queden atascadas las tortuguitas del Pacífico. Ya, ya, predicamos en el desierto. Cada día se tiran en España millones de litros de aceite de cocina usado que viene de nuestras cocinas o de restaurantes y comedores de colegio. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, 120.000 millones de litros. Unos cuatro por habitante.
El problema de tirar el aceite usado por el fregadero es que tenemos este gesto tan interiorizado que no nos damos cuenta de las graves implicaciones que tiene en la sostenibilidad. Contamina, atasca y lo estropea todo con una facilidad sorprendente. Es un gesto irracional, absolutamente antiecológico, y casi, casi, garantía de que en algún momento tus tuberías dirán basta y se atascarán. Un litro de aceite usado por el inodoro puede llegar a contaminar hasta 5000 litros de agua, y todo porque te ha dado pereza retirarlo de la circulación de otras formas mucho más sostenibles. Hay veces que también es el detonante de una plaga de cucarachas, por los restos que quedan adheridos a las tuberías y que atraen a las amigas de negro.
En los restaurantes, con la brutal cantidad de aceite usado, tienen un sistema de recogida específico para llevarse el producto y comenzar su reciclado en plantas especiales, pero nosotros no lo tenemos tan fácil y debemos hacer un pequeño esfuerzo. Por lo general, ese aceite usado de las cocinas se trata industrialmente para fabricar biocarburantes; concretamente el biodiesel (lo habrás oído alguna vez), que se utiliza para algunos tipos de coches.
Lo primero es lo primero: retirar ese aceite de los fritos, los empanados y la plancha de la circulación y destinarlo a un recipiente aparte que más tarde reutilizaremos.
La opción más directa que tienes para reciclar este aceite usado es llevarlo a un punto limpio y dejar que el sistema se encargue de reciclarlo para darle otra vez uso, pero claro, hay otras posibilidades que nosotros mismos tenemos en casa, a plena vista, y que van a facilitarnos mucho la vida.
Parece mentira que el aceite de cocina usado y bien filtrado tenga todas estas segundas vidas, pero es así. Solo hay que tener paciencia y seguir concienzudamente los pasos de la receta para cada producto derivado ecológico que queramos conseguir.
Solo necesitarás unos buenos guantes, unas gafas, sosa caustica, agua, algún aceite esencial de tu gusto y un buen tutorial de Youtube para darle uno de los usos más interesantes a tu aceite de cocina usado. El proceso es bastante sencillo, basta utilizar una buena malla de filtrado y un embudo. Te conviene atender a todos los pasos y tener cuidado con las salpicaduras de la sosa en cara y manos. Es un químico abrasivo muy peligroso. Lo más perezoso de todo es la espera. El jabón tiene que secar bien. Tardará varias semanas.
Se sigue un proceso similar al del jabón en pastilla, solo que esta vez el producto resultante se conservará líquido dentro de algún recipiente y no hará falta dejarlo secar.
La sosa mezclada con el agua debe dejarse enfriar un día entero, y una vez hecho este paso, hay que pulverizar las costras que hayan quedado sobre la superficie, verter el aceite de a poco, para que se mezcle bien con el producto abrasivo (este paso es fundamental para obtener un buen resultado final) y remover durante un buen rato hasta que quede un líquido de color amarillento uniformemente mezclado, con una textura semiacuosa
El tercer paso es utilizar jabón líquido para lavavajillas y volver a mezclarlo, siempre removiendo en la misma dirección para que la mezcla no se corte. A continuación, añadiremos percarbonato o activador de lavado (Vanish Oxyaction, por ejemplo).
Se terminará el producto desinfectándolo con agua muy caliente. Para ello, se añade agua hirviendo durante varios días, en las cantidades que indique la receta que estemos siguiendo.
El producto tiene que reposar un mes para dejar que la sosa pierda su efecto abrasivo y mejorar su eficacia durante el lavado de ropa.