La comunicación no verbal, es decir, el lenguaje corporal expresa mucho más que lo que, a veces, pretendemos expresar con las palabras. Nuestra mirada, movimientos, reflejos y gestos delatan si lo que estamos diciendo se corresponde fielmente con lo que sentimos o pensamos en realidad.
Muchas veces, tan solo mirando a una persona podemos notar cómo se encuentra, si está asustado, preocupado, alegre, nervioso o triste. No hace falta que diga nada para poder pensar qué le ocurre algo. “Tan solo con mirarnos nos entendemos”, esto pasa con las personas con las que tenemos un cierto grado de confianza o con las que tenemos una conexión muy fuerte. Comunicación no verbal pura y dura.
Atender a la comunicación no verbal del resto de seres vivos a nuestro alrededor nos ayuda a conocer mucha más información de lo que en un principio creemos percibir. Esto es algo que sucede también entre los perros y sus cuidadores – en general, entre los animales y los humanos -. El perro sabe bien cuáles son los signos que tiene que usar para conseguir lo que quiere o demostrarle a su cuidador cómo se siente en cada momento.
Los perros no se comunican solo ladrando, de hecho, su mirada y la postura de su rabo pueden decirnos mucho más sobre su estado de ánimo que si se pone a ladrar sin motivos aparentes. Algunos perros tienen signos propios que solo sus cuidadores y ellos entienden, pero hay otros signos, que son innatos a casi todos los perros, que normalmente, expresan las mismas emociones.
A continuación, te contamos más detalladamente cómo se sienten los perros dependiendo de la postura y el movimiento de su rabo. Conociendo el significado del rabo de tu perro tendréis casi todo ganado en vuestra comunicación mutua.
La postura del rabo de los perros nos indica qué es lo que está sintiendo el perro en cada situación cotidiana. A grandes rasgos, el rabo de los perros nos expresa si éste está asustado o alegre. Cuando el perro está tranquilo, sin percibir ningún estímulo, su rabo permanece relajado y bajo. No hay alarmas ni ganas locas de jugar e ir a explorar.
Normalmente, los perros pueden asustarse por diferentes razones. Pueden sentirse amenazados por una persona, otro perro o animal, o bien, por sonidos que escuchen, les asusten y no puedan evitar tener miedo, como ocurre con los petardos. Cuando el perro lleva el rabo hacía la parte baja de las patas es signo de que está asustado, pero depende de si lo mueve o no: si el perro mete el rabo entre las patas sin movimiento significa que está asustado, tiene mucho miedo, pero si mueve el rabo entre las patas un poco hacía la izquierda, puede estar diciéndonos que se siente amenazando, y en esos casos hay que estar muy alerta, porque es cuando puede atacar.
Habría que atender, entonces, a la postura del rabo del otro perro que puede estar asustándolo. Si el otro perro tiene el rabo hacía arriba muy tenso y el pelo por el lomo algo erizado, le está diciendo: aquí estoy yo, esto es mío. Aunque, hay que dejarles un tiempo, porque puede ser la reacción inicial hasta que se conocen, sus rabos se relajan, y comienzan a jugar como si se conocieran de toda la vida. No obstante, si uno de los dos perros no baja la guardia, y sigue dejando el rabo muy tenso hacía arriba, es mejor separarles y que se vayan conociendo desde la distancia para evitar conflictos.
Si el perro está alegre, receptivo o está expectante porque sabe que se avecina una nueva aventura, mantendrá el rabo también hacía arriba, como cuando está marcando territorio, pero algo más relajado y con una leve curvatura. Los perros hacen movimientos circulares con el rabo cuando se lo están pasando bien y están disfrutando del juego con otros perros, animales o humanos. Los movimientos en círculo de los rabos de los perros expresan tranquilidad y equidad, alegría, que todo está bajo control.
Sin embargo, sí hay que atender con mayor precisión a los movimientos rápidos del rabo de los perros. El movimiento rápido del rabo de los perros puede producirse por diferentes motivos. En estos casos, cuando el perro mueve el rabo así, hay que atender además a la postura que tiene el rabo. Dependiendo de la posición del rabo del perro podremos entender cuál es la emoción que predomina en ese momento en el que no para de mover el rabo excitado.
Esa excitación puede ser de inmensa felicidad, por lo que no pasa nada, podemos dejar que lo disfrute durante un rato, aunque si se pone muy intenso y el perro no sabe parar, es recomendable intentar bajar esa adrenalina que tiene y que se relaje, para que pueda seguir disfrutando de la actividad que le provoca esa emoción: los movimientos rápidos del rabo pueden ser indicativos de euforia y ansiedad, que descontrolada, a la larga, puede acarrear otros problemas al perro.
Y ahora, que ya te hemos convertido en todo un experto/a sobre el significado de la postura y los movimientos del rabo de los perros, no te queda otra, que coger a tu perro y salir por ahí a ponerlo en práctica. ¿A qué esperas?