Te sonará: has adiestrado militarmente a tu perro para levantar la pata y soltar su chorro de amor en los árboles de la calle, pero no te hace caso y orina donde le da la gana. En casa, por la noche, a horas extrañas. Te mira con esos ojos de súplica y tú ya no sabes que hacer.
Lo peor de todo es que muchos dueños de perros se estresan cuando su mascota no se comporta según un modelo ideal visto en algún anuncio canino, y se lo hacen pagar, cuando lo que tendrían que hacer es ejercer la empatía. Los animales no son androides peludos programados para obedecer cada palabra de nuestra voz, sino compañeros a los que tenemos que cuidar y comprender si hay algún problema de conducta y de salud que no estamos detectando.
Este es uno de los motivos principales. Los perros de cierta edad suelen sufrir incontinencia urinaria, mientras que los cachorros no suelen controlar los sitios donde orinan, a menos que los eduquemos y busquemos un sistema de reglas que asimilen durante el adiestramiento de los primeros meses. Comprender al perro senior y ayudarlo; educar mejor al cachorro para que pase de mear en el periódico a hacerlo en la calle en los horarios que le marques.
En el caso de la incontinencia (la detectarás), lo mejor es acudir al veterinario para encontrar un tratamiento. Con los perros de cierta edad, estas visitas deben ser cada seis meses. Los chequeos son fundamentales para saber si todo marcha bien.
Para los cachorros en proceso de aprendizaje de las reglas básicas (horarios, espacios de juego, respeto al mobiliario y lugares para hacer sus necesidades), el entrenamiento es importantísimo para enseñarles a orinar en la calle y no en casa.
Si es normal que un cachorro pase su periodo de adaptación y tenga que aprender a orinar donde debe (ensayo y error), cuando estas micciones indeseadas persisten la causa puede estar más escondida. El factor de la enfermedad es algo con lo que hay que contar.
La incontinencia durante el sueño del perro también puede estar relacionada con algún problema neurológico. Además, tu perro podría tener una infección en el tracto urinario, problemas de diabetes, daño en el suelo pélvico o algún asunto complicado de esfínter.
En todos estos casos, poco podemos hacer por nuestra cuenta. Hay que ponerse en manos de nuestro veterinario para hacerle un chequeo a nuestra mascota y tratar de saber lo que le pasa, por qué no puede controlar el pis y lo expulsa de madrugada.
Sencillo de comprender, difícil de ejecutar. Para que un perro vacíe el esfínter y marque territorio en la calle necesita tiempo. Un paseo corto hará de tu perro un ser nervioso que no tiene todo el tiempo que necesita para orinar a gusto, y lo siguiente que puede hacer es asociar la noche, el horario en el que no está en la calle, como el adecuado para terminar de vaciarse.
Si lo sacas poco (tres veces al día, obligatorio), el perro se acostumbrará a retener el pis en el esfínter demasiado tiempo y habrá momentos en los que no podrá aguantarse, noche incluida.
Cambiar el espacio en el que tu perro duerme puede ser un factor determinante para su problema de orina. Si encierras a tu perro en una habitación que le pone nervioso, lejos de su cama y de ti, esto puede obligarle a reaccionar fisiológicamente. Varios son los elementos que entran en juego: ansiedad por separación, estrés, un territorio que no reconoce como suyo (su cama y su rincón de dormir).
Un perro que se siente solo o maltratado y no recibe el cariño necesario para su correcto aprendizaje emocional y su vínculo contigo puede empezar a comportarse de forma rara orinando por la noche y orinarse. El miedo es otro factor de estrés. Los perros necesitan la seguridad de un espacio conozcan y en el que se sientan seguros. Su territorio. Su papel de periódico para cuando son cachorros y están aprendiendo. Sus juguetes. Su cojín.
Una amenaza (por ejemplo: regañarle de forma muy violenta y pegarle) hará que entréis ambos en un círculo de estrés interminable. La agresión al animal no es la solución para el problema de orinarse por las noches. Hay que buscar la manera de cuidarlo y reeducarlo con refuerzos positivos.