Tu perrete y tú sois uno, no hay duda, siempre juntos allá donde vayáis: a la calle, de viaje, a los establecimientos que permiten el acceso con animales o incluso a la hora de hacer deporte outdoor.

Tan fuerte es el vínculo que os une, que en casa pasáis la mayor parte del tiempo juntos. Recuerda que, es fundamental evitar que desarrolle hiperapego desde el primer momento y mantener un vínculo equilibrado y sano con él, pues tu equilibrio emocional es determinante para forjar su conducta.

Pero quizá últimamente te has percatado de que no lo encuentras correteando por casa, ya que se pasa largos periodos de tiempo metido bajo la cama y no paras de preguntarte por qué se tiene que esconder. No te preocupes, en Yasss te explicamos los motivos que llevan a hacerlo y cómo proceder en cada caso.

Por regla general, es un comportamiento totalmente inofensivo. Los perretes suelen acurrucarse bajo la cama o en cualquier otro rincón pequeño y oscuro para relajarse y alejarse del ajetreo provocado por sus compañeros de piso, es decir, un refugio donde estar relajados y descansar. Además, con la llegada del sofocante calor suelen escoger estos lugares para mantenerse frescos, ya que la temperatura respecto al resto de las estancias es inferior.

Otra de las causas más habituales se debe al miedo a ruidos fuertes provenientes de petardos, fuegos artificiales, muchedumbres o tormentas. Situaciones en las que experimentan altos niveles de ansiedad y en las que no dudan en recurrir a este tipo de espacios para esconderse y aumentar su sensación de seguridad.

Seguramente, en más de una ocasión tu peludo ha liado alguna trastada, le has echado la bronca y asustado ha huido hasta resguardarse debajo de la cama -buscando protección momentánea-. En el caso de que este comportamiento sea algo habitual en un perro que acaba de llegar a casa -pasando horas allí- puede ser señal de un trauma provocado por abusos, sufridos en su anterior vida.

Y el último de los motivos que puede llevar a tu can a esconderse es porque está sufriendo dolor -o una enfermedad- y huye de las posibles amenazas externas, al sentirse totalmente vulnerable.

Si observas que tu compañero de cuatro patas simplemente se está tomando un momento de relax debajo de tu cama, no le molestes y deja que descanse con total comodidad.

En el caso de que consideres que este comportamiento se debe a una situación que le está provocando ansiedad –sí, los perros también sufren ansiedad y, al igual que los humanos, se trata-, como los ruidos estridentes. Lo que deberías hacer es hablarle tranquilamente, transmitirle que todo va bien y nunca forzarle a salir de su refugio -empeorará la situación y se pondrá más nervioso aún-.

Además, los expertos recomiendan exponerles poco a poco a esos estímulos que le generan ansiedad, de esta forma se habituarán y comprenderán que no son ninguna fuente de peligro. Para ello, ponle grabaciones de esos sonidos que tanto le perturban, a un volumen bajo y poco a poco, tendrás que ir aumentándolo -a medida que se va desensibilizando-, hasta que finalmente se haya habituado por completo a ellos. Esta técnica la puedes acompañar con premios cada vez que ese ruido le haga reaccionar, así lo asociará con algo positivo y dejará atrás su connotación negativa.

Por otro lado, están los miedos del pasado que le hacen permanecer escondido durante horas, que sumado a la llegada al nuevo hogar -tiene que hacerse a la nueva familia y a un ambiente y rutina totalmente diferentes- puede provocarle picos de estrés. Para lograr que se asiente por completo a su nueva vida, es esencial que le demuestras confianza, seas predecible en todo momento y te relaciones con él a través del refuerzo positivo -el adiestramiento tradicional va acompañado de castigos que suele generar rechazo y dificultades en su proceso adaptación-. Solo necesita mucha paciencia y altas dosis de cariño, en el caso de que este problema persista en el tiempo no dudes en recurrir a un profesional.

Y si consideras que tu peludo padece dolores o ha podido enfermar, ya que lo de esconderse debajo de la cama va acompañado de cambios en su rutina de sueño y/o deterioro físico - tos, jadeo, dificultad para respirar…-. Acude cuanto antes al veterinario para determinar qué le ocurre y tratarle.

También es habitual que los perretes elijan la parte inferior de tu cama para dormir y no hay nada malo en ello. Simplemente ventila la habitación y mantén limpia esa zona de manera continuada -para reducir la acumulación de polvo y la aparición de insectos, garrapatas o bacterias-; cepíllale diariamente el pelaje -para evitar la concentración de pelos- y cumple con todas sus vacunas y desparasitaciones periódicas… ¡Su salud es lo primero!