Seguro que alguna vez has comentado con tus familiares y amigos: "mi perro es tan listo que parece que entiende lo que le digo". O tienes una anécdota del tipo: "si le digo a mi perro ¡comida! él se va a su recipiente porque entiende lo que le he dicho". Pues no estabas loco. Un estudio científico te da la razón.

Como cada vez tenemos más mascotas, los científicos están más interesados en explicar cómo nos relacionamos con ellos y cómo funcionan sus cerebros. Se ha estudiado, incluso, cómo la personalidad de los dueños influye en el desarrollo de la personalidad del perro.

El departamento de Etología de la Universidad de Budapest, en Hungría, publicó en 2016 un estudio en la revista 'Science', una de las más prestigiosas en investigación científica, en el que muestran cómo funciona el cerebro de los perretes cuando les decimos palabras.

Los científicos húngaros entrenaron a 13 perros para subirse a una máquina de resonancias magnéticas y aguantarse allí quietecitos un buen rato. Esto, ya de por sí, tiene mucho mérito, porque hay humanos que no aguantan hacerse este tipo de pruebas por lo incómodas que son.

Cuando los perretes ya eran capaces de estarse tranquilos dentro de la máquina, los científicos les daban mensajes de todo tipo: algunos positivos, otros negativos, otros neutros... no solo se estudiaba el significado de las frases que le daban a los perretes, también si la entonación que usan los humanos influye en la recepción del mensaje.

La resonancia magnética revelaba el funcionamiento de su cerebro, y así pudieron concluir que el lenguaje en los perros funciona de manera bastante semejante a los humanos: usan el hemisferio izquierdo para tratar de comprender el significado y el derecho para conocer la intención, es decir, para entender la entonación de las palabras. Ya sabes que un mismo mensaje puede variar dependiendo de si dices: "¡¡Qué guapa estás!!" con alegría o "que guapa estás" con tonillo o ironía. Igual la estás llamando fea, ¿sabes?

“Los perros pueden aprender las palabras que son relevantes para ellos y que son usadas a menudo por sus dueños para dirigirse a ellos. Las palabras para felicitarles son el mejor ejemplo”, explica a Sinc Anna Gábor, una de las autoras del trabajo. Al parecer, las palabras que mejor entienden los perros son los elogios con entonación positiva. ¡Les encanta que les digas que son buenos y simpáticos!

Si aprenden muy rápido estas palabras y las entienden siempre que se las repites es porque entra en funcionamiento el área de recompensa del cerebro. Igual que nosotros hemos aprendido a la primera que nos gusta el helado (porque desencadena mecanismos de placer en el cerebro), los perros suelen aprender enseguida las palabras que le reportan gustico, como los piropos y la comida.

Del mismo modo, los perretes se esfuerzan por entender las palabras que señalan cosas malas para ellos, para estar alerta. Así que es muy probable que, aunque trates de disimularlo, entiendan perfectamente la palabra "veterinario".

¿Hay algo que los perros no puedan entender? Muchísimas cosas. Al parecer, nuestros cerebros se parecen un montón, pero el de los humanos es mucho más complejo, por eso ha sido capaz de desarrollar un lenguaje propio. Eso sí, otra cosa que tenemos en común es que los perretes también sueñan.

Los perros solo aprenden información básica que se repite muchas veces y que es útil para sus vidas. Es decir, si te sientas a leerles los libros de Harry Potter no se van a enterar de nada ni van a disfrutar de la narrativa ni de la emocionante historia del mago. Como mucho, aprenderán "Harry Potter" porque será una palabra que se repita bastante, pero quizás crean que significa "aburrimiento" o "cuando mi humana coge un libro y dice cosas que yo no sé a qué vienen".