El olfato de los perros es una cosa bastante loca: con una capacidad aparentemente superior a la de los seres humanos, no hay olor que se les resista. Quizás por eso haya dado pie a tantas leyendas urbanas, como que pueden oler el miedo y otras emociones; una cuestión que parece más un mito que una certeza, según los últimos estudios. Sí se ha comprobado, desde luego, que son capaces de descubrir bombas y drogas escondidas si se les entrena para ello, así como su habilidad para detectar enfermedades en los seres humanos; su olfato les permite distinguir aromas que los humanos no están acostumbrados a diferenciar.
Según los últimos estudios, los canes pueden ser de mucha ayuda a la hora de diagnosticar narcolepsia, cáncer, hipoglucemia y hasta una decena de enfermedades más. En Yasss te contamos un poco más sobre las habilidades médicas de tu mascota.
La identificación de patologías en pacientes a partir del olor que ellos mismos producen no es nada nuevo. El considerado padre de la Medicina, Hipócrates, ya recomendaba a sus discípulos inhalar el aliento de los enfermos para averiguar así el problema que padecían. De hecho, esta herramienta diagnóstica aún se utiliza en distintas ramas de la medicina.
Que los perros son rastreadores natos no es nada nuevo. Pero de unos años a esta parte se están descubriendo nuevas aplicaciones para este olfato desmesurado, que cuenta con unos 300 millones de células olfatorias (frente a los cinco millones de los humanos) y un sistema asociado repleto de terminaciones nerviosas. Estas características les convierten en un foco de estudios médicos.
Uno de los primeros con cierta relevancia data de 1989 y está publicado en la revista ‘The Lancet’: en él, los responsables del Hospital King’s College de Londres informaban del caso de una paciente que acudió a consulta después de observar que su perro la olfateaba. El animal lo hacía, según explicaba su cuidadora, repetida y obsesivamente, y en ocasiones trató de morderle un lunar, aparentemente insignificante, que terminó siendo un melanoma. Desde entonces, casos como este son cada vez más conocidos.
A los perros se les puede entrenar para casi todo: encontrar cadáveres, explosivos, estupefacientes… y también distintos tipos de cáncer. Viendo que estos animales tienen la capacidad, casi innata, de detectar esta enfermedad en los cuerpos de las personas, médicos y adiestradores se pusieron manos a la obra para enseñarles a distinguir el tejido sano del enfermo, con muestras de orina, saliva o aliento.
Las pruebas parecen haber sido todo un éxito: un estudio publicado en 2015 bajo el título ‘Olfactory System of Highly Trained Dogs Detects Prostate Cancer in Urine Samples’ aseguraba que los animales de su investigación fueron capaces de identificar más del 95% de los casos de cáncer de próstata. Otro estudio más reciente, llevado a cabo por Heather Junqueira para el BioScentDx, probó la capacidad de cuatro beagles para distinguir entre suero sanguíneo normal y muestras de pacientes con cáncer de pulmón maligno con una precisión de más del 96%.
“Aunque actualmente no hay cura para el cáncer, la detección temprana ofrece la mejor esperanza de supervivencia”, explicaba la autora del estudio a Europa Press. “Una prueba altamente sensible para detectar el cáncer podría salvar miles de vidas y cambiar la forma en que se trata la enfermedad”.
El cáncer no es la única patología que los perros están entrenados para identificar. Hace casi 10 años que la Guardia Civil cuenta con dos labradores, Coca y Kun, que tardan unos segundos en detectar la narcolepsia, una enfermedad neurológica que afecta a una de cada 2.000 personas en España y que tarda de cinco a diez años en diagnosticarse, como cuentan en El Correo.
La hipoglucemia es otra de las enfermedades que un perro puede identificar. En España, la fundación Bocalán ha entrenado a perros para que sean capaces de detectar cuándo un enfermo de diabetes va a sufrir un ataque, para que así avise al enfermo y pueda inyectarse insulina antes del brote. Los animales ladran o buscan ayuda al percibir los cambios de sudor en el paciente.
Epilepsia, pacientes infectados por la bacteria Chlostridium difficile… los canes son capaces de distinguir multitud de enfermedades, siempre y cuando reciban un entrenamiento adecuado. El olfato de nuestro perro no solo es excepcional: también puede salvarnos la vida.