Estás en el sofá cuando tu perro se acerca a lamerte, ¡es la hora del paseo! Miras el reloj y compruebas que tiene razón, que esa carita de alegría pronto se convertirá en decepción y acabará haciendo pis en la alfombra. Así que te pones tu mejor outfit, por si te cruzas con ese vecino con el que intercambiaste miraditas durante el confinamiento, te lavas los dientes, haces con tu pelo lo que puedes y sales a la calle. Pero, una vez allí, tu perro se vuelve loco: está sobreestimulado. Todo le divierte, cada ruido es un buen motivo para salir corriendo en todas las direcciones. Y aunque a priori tú le estabas sacando a pasear, la verdad es que, visto desde fuera, es él quien te remolca a ti.
Si convives con tu perrete desde hace tiempo (y especialmente si lo adoptaste siendo un cachorrillo), seguro que te has visto en una situación parecida. Llegas a casa y te encuentras con un problema: ¿qué es mejor para tu mascota, un arnés o un collar? Cuando corre, tira del collar y se ahoga, quizás con el arnés no tendríais ese problema. Por eso, en Yasss te damos las claves, los pros y las contras de cada una de las opciones, para que elijas la más adecuada para ti y tu perro. Allá van.
El collar es la opción más popular: llevan más tiempo en el marcado, hay muchísimos más modelos y, precisamente por eso, los hay de todos los precios. Además, son muy sencillos a la hora de colocárselos a una mascota y estas no suelen resentirse, salvo que tengan problemas respiratorios o sean muy propensos a tirar de la correa. Esto, por cierto, se puede solucionar con un adiestramiento específico.
Si tu perro es dócil, tiene el pelo muy largo, no sufre de trastornos respiratorios o vuestro ritmo de vida hace que esté en la calle todo el día, el collar es la mejor opción para vosotros. Es cómodo y fácil de poner y quitar, aunque puede hacerles daño en el cuello si son particularmente nerviosos, llegando a provocarles lesiones, contracturas o contusiones.
La zona del cuello es muy frágil y hay que cuidarla. Tu perro también alberga ahí la médula espinal, encargada de sus movimientos y su sistema nervioso, y una mala experiencia con el collar puede tener un efecto terrible sobre esa zona. También puede afectar al riego sanguíneo, a la respiración o la tiroides, una glándula encargada de hormonas que controlan desde la temperatura corporal hasta el crecimiento celular.
Podría parecer que, si tu perro tira demasiado de la correa, lo mejor para él es un arnés. La verdad es que depende única y exclusivamente de vosotros: es cierto que, con esta opción, es más sencillo hacerle entender que no debe tirar, si bien tú aún tendrás que mantener la firmeza y tratar de educarle para que no eche a correr y se lastime. Digamos que el arnés es un parche al que puedes recurrir si tu perro tira mucho, pero no es la solución: la mascota debe entender que no puede actuar así mientras paseéis.
Los arneses son una opción cada vez más habitual. Hay dos tipos muy habituales: los antitirones y los antiescape. Los primeros son de mucha utilidad si tu perro tiene fuerza y niveles de energía altos: por ejemplo, con los pastores alemanes, los dóbermans o los bordie collies. Esta opción evita que el perro se lesione con facilidad; es importante elegir su talla bien, por lo que, cuando vayas a comprarlo, llévalo contigo para medirle bien el contorno del pecho. En el caso del antitirones, sirve como herramienta para tratar de reconducir ciertas actitudes de tu perro: cuando tire de la correa, basta con que te quedes quieto. El arnés le aplicará una leve presión en el hombro, para que sepa que el escapismo no es lo que esperas de él.
Etólogos y educadores caninos debaten abiertamente sobre si los perros tiran más de la correa cuando llevan puesto un arnés o un collar. Lo cierto es que, al menos por el momento, no hay datos que abalen una u otra opción: la respuesta depende de cada perro. Vistos los riesgos de ambas opciones, lo mejor es tratar de enseñar al perro a no tirar de la correa; si es necesario, se puede pedir ayuda profesional. Ganaréis en salud los dos.