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Ciencia y paciencia, las pautas para que un gato socialice en su nuevo hogar

  • El carácter del gato se marca entre la séptima y la doceava semana de vida.

  • Ganarte la confianza total del gato es la clave para conseguir una convivencia perfecta con el minino.

Los gatos son unas mascotas perfectas para convivir en casa. Nos ofrecen compañía y tienen muy buena relación con sus compañeros de hogar. Les gusta estar recostados o encima de sus cuidadores para sentir su contacto, sus caricias y cariño mientras ronronean durante horas. Los gatos domésticos son animales muy caseros, silenciosos, traviesos y curiosamente pulcros con la higiene.

No obstante, estos felinos son famosos tanto por su buen como por su mal carácter. Los gatos suelen ser animales domesticados, pero también hay millones de gatos callejeros. Los gatos de la calle necesitan sobrevivir para poder conseguir alimento y ser el más fuerte les hace poder seguir vivos con la mejor salud posible. Esto hace que el carácter que desarrollan los gatos de la calle sea más agresivo. Esta agresividad la trasmiten los progenitores a sus crías, algo que quedará en la impronta del gato, aunque no es imposible de modificar y llegar a aminorar esa posible agresividad heredada.

La relación de la madre con sus cachorros y con los humanos será determinante para el desarrollo de las relaciones de los gatitos con su entorno. Si la gata madre tiene buena relación con humanos y da confianza a sus cachorros, éstos se acercarán corriendo a ti para conocerte, ya que les puede la curiosidad. De esta forma, en el futuro serán gatos dóciles y poco asustadizos.

La personalidad y la forma de socializar del gato se marca entre su séptima y doceava semana de vida. A cuantos más estímulos se exponga el gato en estas semanas de su vida mucho mejor, ya que será más atrevido con el tiempo y le será más fácil socializar con otros gatos y personas.

Conocer el pasado de la vida de un gato es fundamental para saber cómo debemos ir introduciéndolo en el hogar y cómo podemos ir acercándonos a él o ella. Normalmente, cuando adoptamos a un gato no sabemos muy bien cuál ha sido su vida anterior ni quienes han sido sus progenitores, por lo que debemos tener en cuenta unas pautas comunes para poder educar a un gato y que pueda socializar con personas felizmente, aunque no será cosa de un día para otro.

Confianza y seguridad

Antes de empezar a convivir con un gato, hay que buscar un espacio en la casa que no sea muy ruidoso, donde encuentre todo lo que ellos requieren: su camita, su arena, su comedero y su bebedero, y quizás su transportín. En esta zona estarán seguros y si algo les asusta siempre acudirán allí como refugio. No pasa nada, los gatos son así, algunas cosas les asustan y debemos ir introduciéndoselas poco a poco para evitar estrés e incluso, posibles ataques. Nunca se debe forzar a un gato a hacer algo que le produzca miedo, ellos por si mismos deben conocer que ese nuevo estímulo no es ninguna amenaza.

Hay que fijarse bien en los posibles recovecos que pueda haber en casa que puedan suponer un peligro para él, los gatos son muy curiosos y a veces pueden quedarse atascados en huecos insospechados, algo que puede convertirse en una experiencia traumática, sobre todo, si sucede en el inicio de la convivencia.

Poco a poco, el gato tiene que sentir que ese es su hogar: acostumbrarse a todos los espacios, a los muebles, objetos de decoración, sonidos de los electrodomésticos, vecinos, etc. Cualquier estímulo o movimiento imprevisto les puede asustar, los gatos son una especie animal que necesita tener todo bajo control.

Olores

Los gatos, como otros animales mamíferos, se guían por el olor. Para ir consiguiendo que el gato de familiarice con nosotros es recomendable dejarles prendas usadas por nosotros en su sitio reservado, para que el olor se les haga cotidiano y vayan cogiendo confianza con nosotros.

Rutinas

Para los gatos también son importantes los horarios y las rutinas, cualquier cambio o sobresalto les puede perturbar. Establecer una rutina de comidas y juegos es fundamental para ganarnos poco a poco la confianza del gato. Las rutinas hacen que los gatos entiendan que existe una disciplina y ciertos límites que tienen que controlar para poder convivir con humanos, otros gatos y animales. Establecer una rutina les ayuda, además, a conocer el rol de cada miembro de la familia.

Acercamiento

El mayor error que podemos cometer al tratar con un gato por primera vez es acercarnos a él o ella bruscamente, además, cuando tiene síntomas de miedo: bufa, se pone rígido o huye. Este fallo hace más dificultoso el proceso de socialización de los gatos. Tenemos que dejar que sea el gato que decida cuándo se quiere acercar a ti, y cuando lo haga, ya habrá conseguido la suficiente confianza y el lazo se habrá estrechado entre vosotros. Para llegar a ese acercamiento, podemos ir dándole de comer, primero dejándoselo a una distancia prudencial, y con el paso del tiempo ya se irá acercando más, y le podremos ofrecer la comida directamente con nuestra mano. Los juegos para ir cogiendo confianza con los gatos son esenciales. Ayuda a hacerles entender que no eres una amenaza, y los juegos para ellos son irresistibles para ir cogiendo confianza.

Relación con nuevas personas

Una vez que hayamos alcanzado una convivencia tranquila y plena con nuestro gato, podemos ir mezclándolo con las visitas en casa. Las primeras veces hay que esperar a ver cómo actúa el gato con las nuevas personas que entran al hogar, si vemos que la cosa se pone fea, lo mejor será que el gato y la visita se ignoren mutuamente. El gato se quedará en sus zonas de confort sin invadir el territorio del nuevo invitado.

Si el caso es que queremos introducir a un nuevo miembro en el hogar, podemos ir dejando prendas usadas de esa persona por la casa días antes para que el gato se vaya acostumbrando al olor de este y cuando se incorpore sea mucho más fácil el proceso de socialización.

Relación con otros gatos y animales

Tanto si el gato llega a un hogar donde ya había animales antes como si es el gato es quien recibe a nuevos cohabitantes, la primera vez habrá que dejarlos a su aire para ver cómo reaccionan. Si no pasa nada, y tan solo se ignoran, estamos en el buen camino. Pero si no es así, lo mejor es dejarle separados y marcar el territorio que en un principio tendrá cada uno. Las técnicas del olor y sentir el amor por los otros animales les hará coger la confianza necesaria para lograr un entorno armonioso en el hogar.

Paciencia y tiempo

Como en todo proceso de educación, la paciencia y el tiempo son dos factores determinantes para lograr los resultados deseados. Necesitamos ir dando pequeños pasos en todo lo que vemos que al gato le asusta, aunque poco a poco, tiene que ir acostumbrándose. El refuerzo positivo con premios nos ayudará para educar a nuestros gatos, las mejores recompensas son siempre la comida: cada vez que el gato consiga superar alguno de sus miedos, un premio, y así sucesivamente, hasta que consigamos el objetivo.

Hay que tener cuenta que si el gato no ha convivido nunca con humanos y ha estado vagabundeando muchos años por la calle, pero hemos querido darle un hogar, probablemente no lleguemos nunca a poder acariciarle. No debemos desesperarnos, esto sucede, pero si no se va de tu lado, ya siente que eres su familia y no hace falta más.