Hay cosas que son muy de gatos, como maullar, llevarte animales muertos de regalo a casa o amasar. Sí, sí, amasar, como un panadero con su producto estrella. Si convives con un minino le habrás visto hacerlo miles de veces en distintas superficies: con los cojines, con las mantitas y, a veces, también contigo.

Existen varias teorías que explican por qué hacen esto, aunque ninguna es concluyente. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones parecen asumir que este es un comportamiento que los gatos adquieren como cachorros y que se quedan toda la vida. En Yasss te contamos algunas de las explicaciones que los veterinarios dan a este comportamiento que, independientemente de los motivos, es tan típico de tu gato como ronronear o enseñar los dientes.

Una de las teorías más extendidas dice que los gatos amasan a sus dueños como una demostración de amor y marcaje, ya que los felinos cuentan con unas glándulas odoríferas en las almohadillas de sus patitas con las que pueden impregnar con su olor todo lo que pisan. Frotarte la tripita como si estuviera haciendo galletas sería su forma de demostrar, una vez más, su posición en esa relación.

Si has visto a una gata amamantar a sus crías, este gesto también te resultará familiar. Cuando son pequeños, los gatos tienden a amasar el vientre de su madre mientras esta les alimenta, para que la leche salga más fácilmente. Se cree que este comportamiento se puede perpetuar en la edad adulta y, en ocasiones, se ha observado una correlación entre la tendencia a amasar y la separación prematura de la madre. Si lo planteas así, tiene sentido: los gatos salvajes repiten este comportamiento muchísimo menos que los domésticos, a los que suelen apartar de su familia mucho antes y que encuentran en el ser humano un cuidador equivalente.

Una tercera teoría, tal y como explican en el portal especializado Feel Cats, puede ser que tu gato amase por llamar la atención, lo que suele ir acompasado a sus ronroneos. Sería una petición inmediata, y se daría más habitualmente en los gatos más sumisos y dependientes de sus cuidadores, que por tanto necesitan más atención y cuidados.

En cualquier caso, y a pesar de que se trata de un instinto natural, muy vinculado a sus primeros meses de vida, no todos los gatos amasan. Además, ese gesto resulta muy similar a otros dos que los mininos repiten habitualmente, pero que no tienen nada que ver con el marcaje o la leche materna.

Si tu gata amasa, pero además mueve de forma rítmica las patas traseras (a veces ladean la cola y extienden las patas delanteras) es que está lista para el apareamiento. Por otro lado, si ves que lo que hace tu gato es clavar las uñas en una superficie, seguramente sea porque las esté limando o afilando.

Aunque estos animales tengan fama de ariscos y brutos, la verdad es que son bastante más cariñosos de lo que mucha gente piensa. Los gatos domésticos son curiosos y suelen necesitar la atención de su dueño: es muy habitual sentirles dando suaves golpes en tus piernas, o bailando entorno a ti, en círculos, cuando estás de pie.

Un comportamiento que podría estar justificado por la importancia del sentido del tacto para los felinos, tal y como explicaba a consumer.es la etóloga felina Manuela Wedl, de la Estación de Investigación Konrad Lorenz, un enorme centro de estudios de comportamiento animal situado en Viena (Austria): "Para los felinos, el sentido del tacto es muy importante; son animales muy receptivos al contacto físico y lo usan para mostrar afecto hacia otros gatos, animales y personas con las que viven y a las que quieren", explica.

Y aquí volveríamos otra vez al primer punto: el gato amasa por cariño y familiaridad. Un felino nos amasa, del mismo modo que se lo haría a su madre, y repiten ese gesto de manera automática con casi cualquier superficie blanda, mostrando su tranquilidad y felicidad. En palabras del autor del manual ‘Por qué los gatos hacen eso’, Kim Thornton, “los felinos amasan como respuesta a un comportamiento aprendido durante su etapa de cachorros”. Así que, ya sabes, lo de ser “madre de un gato” no iba tan desencaminada, al final.

Una vez ha quedado claro que el gesto de amasar es cariñoso y no hay ningún tipo de problema con él, queda una última recomendación: mantén las uñas de tu gato cortadas y bien cuidadas. Si tiene la costumbre de amasarlo todo, esa precaución nos puede salvar de tener que desinfectarnos su próxima muestra de amor.