Los gatos son las mascotas perfectas para convivir. Tienen fama de ser animales muy limpios, cariñosos, juguetones y caseros. Más de una vez, cuando estamos hartos de nuestra familia o de nuestra pareja, hemos pensado que estaríamos más a gusto viviendo con diez gatos solos en una casa alejados de todo. Esto no es un pensamiento trivial y tiene un motivo: si el perro es conocido por ser ‘el mejor amigo del hombre’, el gato cuenta con el galardón de ser ‘el mejor compañero de vida del ser humano’.
Normalmente, cuando adoptamos una mascota lo hacemos para poder hacernos compañía y cuidarnos mutuamente. Los gatos cumplen esta función mejor que casi cualquier de ellas. La relación del gato con sus convivientes es entendida por los gatos como una relación materno-filial. Por ello, es tan beneficioso para ambos el ritual del ‘acariciar al gato’: nos hace estrechar los lazos con él o ella ayudando a que la convivencia y los años que se pasemos juntos sean los mejores de nuestra vida. Y no solo por los ratitos tan buenos que compartimos, si no porque, además, acariciar a los gatos ayuda a la mejora de la salud de los dos, y por lo tanto, puede alargar nuestra esperanza de vida, la de las personas y la de los gatos.
Muchos estudios y observaciones constatan que las personas que conviven con gatos y viceversa disfrutan de mejor salud: convivir con un gato tiene muchos beneficios para salud por muchas causas, pero una de las más importantes e influyentes para gozar de esta buena salud es que los gatos aminoran en las personas los niveles de estrés.
Acariciar a un gato durante más de cinco minutos al día disminuye notablemente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, debido a que los niveles de cortisol bajan y aumentan los niveles de la conocida hormona del amor, la oxitocina. Es decir, nuestro corazón suele estar más estable y bombear a un mejor ritmo si vivimos con un gato y dedicamos un ratito al día a acariciarle.
Es importante conocer bien cómo acariciar a un gato y en que partes debemos incidir para que esta experiencia sea completa para los dos. Los gatos relacionan nuestras caricias con los lavados que les hacía su madre cuando aún eran unos mininos. El momento de acariciar a un gato le transporta directamente a su infancia, al amor y cuidados maternales, por lo tanto, hay que incidir en la zona de la cabeza y el lomo, y evitar, sobre todo, las partes bajas, el rabo o las patas.
Sus ronroneos y el suave tacto de acariciar el pelaje del gato nos producen una sensación de equilibrio, de paz, pudiendo olvidar todo lo negativo que tenemos en la mente. El ronroneo del gato ayuda a que el corazón vibre, se relaje y bajemos las pulsaciones. Los que vivan o hayan vivido con un gato en algún momento, sabrán bien de lo que estamos hablando. Más de una vez, se habrán sorprendido dormidos por ponerse a acariciar al gato.
Hasta tal punto nos ayudan los gatos a recudir el estrés que el éxito que tienen los videos de gatos en internet puede encajar perfectamente con estado de relajación que producen los gatos en las personas. El simple hecho de ver vídeos de gatitos jugando lentamente, ronroneando y siendo acariciados nos ayuda a reducir el estrés, uno videos que nada tienen que envidiar a las técnicas de ASMR.
Acariciar gatos también se usa como terapia para mejorar el estado psicológico y físico de algunas personas que lo necesitan. Personas con autismo o depresión mejoran mucho cuando conviven con gatos y les acarician durante un tiempo determinado al día. Los gatos además tienen como un sexto sentido para saber cuándo algo va mal, y en esos casos, auxilian a sus compañeros.
La convivencia con los gatos es en general muy placentera: son pulcros, silenciosos y verlos jugar nos alegra el corazón. Aunque hay que saber que los gatos sufren estrés cuando pasan las épocas de celo y estando dentro de casa con ellos puede ser algo molesto y tenso. Lo más recomendable – aunque no todo el mundo comparte esta opinión – es esterilizar al gato o la gata.
La esterilización de los gatos no conlleva mucho riesgo ni tiene efectos secundarios. Es algo barato y algunos veterinarios lo hacen con descuentos en campañas para contribuir a que no haya plagas de gatos en algunas zonas. Y no es que seamos contrarios a que haya millones de gatos por nuestras calles, pero esos gatos tienen una calidad y esperanza de vida muy corta, y es mejor que su reproducción, especialmente en las ciudades, esté controlada por su propio bien.
Ahora seguro que tus padres o pareja no tienen excusa para decirte que no a adoptar a un gato: serán fáciles de convencer con todos estos beneficios que tiene vivir con un gatete.